Debate. Vicente Cajuso (ASCOME), Gabriel Pons (AVIBA), Joan Melis (ASHOME) y Antoni Tarabini (GADESO), ayer en el Cercle - Cris

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Los empresarios turísticos menorquines son los que obtienen la rentabilidad más baja de Balears; nueve de cada diez hoteles cierran en temporada baja; la Isla tiene las peores conexiones aéreas del Archipiélago y esto hace que pierda turismo español; muchos turistas esperaban encontrar en Menorca lo que hay en Mallorca o en Eivissa...

Tal introducción del director de la Fundación Gadeso, Antoni Tarabini, ya presagiaba el mal balance de la temporada turística que realizaron ayer en un debate en Ciutadella los presidentes de los hoteleros, las agencias de viajes y los comerciantes de Menorca. Tras la charla, poco nuevo sobre la mesa, pero sí insistencia en asignaturas pendientes: el producto, la marca, los touroperadores y la actitud de la sociedad menorquina frente a los turistas.

Tanto para Joan Melis, presidente de ASHOME, como para Gabriel Pons, delegado en Menorca de AVIBA, como para Vicente Cajuso, presidente de ASCOME, el balance de esta temporada no es bueno. Para Melis, a pesar de que las cifras de ocupación hotelera han mejorado las de temporadas pasadas, "no hemos sido capaces de generar los recursos económicos suficientes". Según él, la clave de esta escasa rentabilidad se halla fuera de Menorca. "Competimos con unos destinos que tienen diferentes normativas y condiciones sociales que les permiten competir a unos precios a los que nosotros no podemos llegar", resumió.

En este sentido, Gabriel Pons destacó que "los touroperadores, de los que ahora dependemos en menor grado que hace unos años pero que siguen siendo muy importantes, buscan el precio, y nosotros somos más caros que otros competidores directos como Mallorca o Eivissa".

Precisamente para no basar la competencia en el precio y sí en otros factores, Vicente Cajuso puso sobre la mesa la importancia de la marca Menorca. "Ya no basta con tener un buen producto, hay que saber venderlo. Si tuviéramos una marca bien posicionada internacionalmente, generaríamos demanda, y no seríamos tan dependientes de los touroperadores".

Sobre la fortaleza o no de la marca Menorca se escucharon diversidad de opiniones. Cajuso aseguró que "la marca no está posicionada en la mente de los turistas.
Tenemos un buen producto, pero no una marca fuerte como pueden tenerla Mallorca o Eivissa".

En cambio, Melis y Pons defendieron que la marca Menorca era muy potente y con muchas posibilidades de ser vendida. Ahora bien, la potencia de la marca se contrarresta por otros factores, como el transporte aéreo, que también salió a colación como uno de los obstáculos para la llegada de visitantes a la Isla.

Desde la mesa de los ponentes, se habló también de la actitud de los ciudadanos de Menorca hacia los turistas. Si en su introducción Tarabini apuntó que "los menorquines están empezando a ver el turismo como motor del crecimiento económico y del bienestar", Joan Melis destacó que años atrás había una mayor hospitalidad hacia los visitantes y reclamó que los menorquines respetaran a la gente que trabaja en este sector.

Como colofón, lanzó una pregunta al aire: "Si no tuviéramos crisis, o la industria no estuviera como está, ¿pensaríamos en el turismo?".