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El GOB ha detectado un nuevo error en el estudio preceptivo que analiza y caracteriza los sedimentos a dragar en el puerto de Maó. Según sostiene el coordinador de Política Territorial, Miquel Camps, el informe elaborado por el Centre Balear de Biología Aplicada a petición de Autoridad Portuaria de Balears "no incluye las muestras del punto más contaminado", por lo que desde la entidad ecologista solicitan al presidente de APB, José María Urrutia, "que rectifique y depure responsabilidades internas".

Por su parte, el responsable de la empresa CBBA, Francisco Mir, atribuye esta lectura a la existencia de "un error tipográfico" en el estudio. explicación a la que el GOB no da "ningún tipo de credibilidad". "No entendemos cómo habiendo un equipo técnico contratado y teniendo la APB personal suficientemente cualificado, siempre tenga que ser el GOB el que advierta de estos errores", comentó ayer Camps.

El 'quid' de la cuestión está en el porcentaje de limos y arcillas que tiene esta zona del puerto de Maó, catalogada en el estudio como "punto de muestreo 15". Según el informe que acompaña el proyecto de dragado del puerto , en exposición pública, esta zona presenta un 14 por ciento de este tipo de sedimentos lo que, según el Centro de Experimentación de Obras Públicas dependiente del Ministerio de Fomento, obligaría a APB a realizar las pertinentes analíticas.

Muy distinta es la versión dada por CBBA. Según detalla la empresa en un comunicado, la presencia de sedimentos de fracción fina (limos y arcillas) en esta zona se queda en el 9,73 por ciento y no en el 14 por ciento, cifra que achacan a un "error tipográfico", con lo que no superaría el 10 por ciento que como máximo permite el CEDEX para evitar la obligación de hacer las analíticas que reclama el GOB.

La polémica sobre el dragado del puerto de Maó vuelve a estar servida a escasas semanas de la licitación de una obras que los ecologistas vigilan muy de cerca por el impacto que los lodos podrían tener sobre el medio marino una vez se extraigan del puerto y se viertan en alta mar. Y es que, según advierten, se trata de fangos con una importante presencia de metales contaminantes como el mercurio, el plomo o el cobre.