Trobada. Las seis barcas que se atrevieron a zarpar navegaron por el interior del puerto ante la imposibilidad de salir a alta mar. Un viento de poniente de fuerza 6 y 7 desató un temporal que desaconsejaba la aventura. - Paco Sturla

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La duodécima edición de la Trobada de Vela Llatina i Barques Clàssiques topó ayer con un viento de fuerza 6-7 de componente oeste que deslució el acto.

Finalmente, fueron seis las embarcaciones que participaron en la actividad, que vio limitado su recorrido precisamente por la 'ponentada'. También el viento redujo la participación, ya que las barcas amarradas en otros puertos no se desplazaron hasta Ciutadella para sumarse a la actividad.

Así, las barcas -entre ellas la Maria Gloria, recientemente restaurada-, navegaron primero por el interior del puerto de Ciutadella, y al salir a la bocana observaron la fuerza del viento y el temporal que se había desatado en alta mar, con lo cual decidieron no arriesgar y seguir la navegación durante un tiempo en el interior de la rada. Eso sí, compartiendo espacio con los optimists, lo que dificultó algo más la estancia.

Finalmente, las barcas volvieron a puerto, y aprovechando la presencia del conseller de Cooperación Local y Deportes, Juanjo Pons, se desplazaron hasta la Caseta de Comandancia, donde Amics de la Mar explicó sus proyectos y visualizaron algunas filmaciones. Después, la jornada acabó a manteles en el restaurante S'Amarador, donde se reunieron unas 35 personas.