Centro penitenciario. Los internos de la cárcel denuncian abusos físicos y vejaciones - Archivo

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Seis días sin comer. Los cuatro internos del centro penitenciario de Menorca que el pasado miércoles iniciaron una huelga de hambre en protesta por los malos tratos que aseguran recibir por parte de algunos funcionarios continúan sin ingerir alimentos sólidos, tal y como aseguraron ayer familiares de los presos, quienes mostraron su preocupación por el cariz que están tomando los acontecimientos.

El conflicto comenzó el pasado miércoles por la noche, cuando uno de los internos se personó en el comedor asegurando que, según relatan fuentes cercanas a uno de los presos, había sufrido un abuso físico por parte de alguno de los trabajadores del centro. Sus compañeros del módulo 2 decidieron solidarizarse con él negándose a cenar. Sin embargo, cuatro de los reclusos, los que al parecer llevaron la voz cantante a la hora de protestar, fueron trasladado esa misma noche al módulo de aislamiento, donde permanecen desde entonces. En estas instalaciones, los internos pasan la mayor parte del tiempo en sus celdas, sin poder comunicarse entre ellos, y con tan sólo dos horas para salir al exterior.

Por ello, los cuatro presos que permanecen en huelga de hambre exigen a través de esta acción volver a sus celdas del módulo 2, así como que se inicie una investigación sobre los supuestos abusos de poder que indican que tienen lugar en el centro penitenciario.

Del mismo, los familiares de los internos han denunciado también que el director de la prisión, José Alfredo Fernández, se incorporó ayer al trabajo tras unos días de vacaciones y, a pesar de las circunstancias, no visitó a los internos en huelga, quienes sí fueron sometidos ayer a un reconocimiento médico para valorar su estado de salud tras seis días sin comer.

Investigación
Los reclusos en aislamiento reclaman de este modo el inicio de una investigación en el centro penitenciario debido a los malos tratos que reciben por parte de algunos funcionarios, tal y como aseguran en un escrito de denuncia firmado por una treintena de internos, todos ellos pertenecientes al módulo 2.

El documento, al que tuvo acceso el "Menorca", pone énfasis en los abusos físicos y vejaciones a los que presuntamente son sometidos los presos. En concreto, aseguran que las palizas, humillaciones y amenazas tienen lugar siempre en espacios donde no existen cámaras y que son llevadas a cabo de modo individual para evitar posibles testigos. Asimismo, declaran que tras sufrir palizas no se les permite pasar ningún tipo de reconocimiento médico.

Los reclusos apuntan en su escrito que todos los abusos han sido notificados a la dirección del centro, de la que no han obtenido respuesta alguna. "Han encubierto en todo momento las acciones de los funcionarios", afirman.

Del mismo modo, denuncian sufrir persecuciones constantes por parte de algunos trabajadores que provocan el nerviosismo, tensión y malestar de los internos.