Triunfo. Pedro Marqués, propietario de la Vaca Gran Campeona, durante la entrega de premios - Gemma Andreu

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La fiesta del campo celebrada este fin de semana en Alaior volvió a cosechar un nuevo éxito de participación y de público. La Fira del Camp y su concurso morfológico de ganado bovino han sido una vez más el gran escaparate del trabajo callado de payeses y propietarios, pero también la constatación entre corrillos de que la rentabilidad del sector lácteo en la Isla está por los suelos.

Solo en el último año cinco explotaciones menorquinas adscritas a la Asociación Frisona Balear se han dado de baja y en la actualidad este organismo que trabaja en la mejora genética de la raza cuenta en la Isla con 145 fincas asociadas, cuando hace apenas unos años rondaba las 200. A todo ello, se suma una paulatina pérdida de cabaña. Solo el año pasado Menorca perdió 625 vacas y en los últimos ocho se ha dejado por el camino ocho millones de kilos de cuota láctea.

La insostenible pérdida de rentabilidad por el incremento de los costes de producción (pienso, gasoil, electricidad...), los bajos precios que se pagan por la leche (0,29 o 0,31) y la carne, las jubilaciones y la imposibilidad de afrontar grandes inversiones a fin de modernizar las explotaciones están detrás de esta situación.

La Asociación Frisona Balear suma a este lastre los elevados costes derivados de la insularidad. José Ramón de Olives, secretario y tesorero de la entidad, comenta que el Govern ha pedido a la Unión Europea mantener las ayudas a la agricultura insular y que se reconozcan las desventajas de la insularidad, pero el camino se antoja difícil.

"No es fácil pedir ayuda para el sector primario a un comisario europeo cuando comprueba que el Producto Interior Bruto de Balears está por encima de la media europea y cuando ve los datos del turismo. Tenemos una agricultura muy pobre en una comunidad rica", explica, al tiempo que añade la necesidad vital de que las islas cuenten con un régimen específico y un plan de desarrollo rural para el ganado lechero en semi-extensivo en pastoreo

. No obstante, el hecho de que en la próxima reforma de la Política Agraria Común (PAC) se vaya a primar el pastoreo y la producción ecológica podría beneficiar a la cabaña menorquina.

"La producción en Menorca es semi-extensiva, aprovecha los pastos y cuenta con una gran superficie agraria, estos factores diferenciales que aún mantiene hacen que el campo de Menorca pueda tener futuro", afirma.

El responsable de la Asociación Frisona Balear incide además en el impagable y poco reconocido trabajo que el campo lleva a cabo para mantener el paisaje en un momento en el que Menorca celebra su veinte aniversario como Reserva de la Biosfera.

Pau Bosch, secretario general de FAGME confirmó el goteo de cierres de explotaciones en los últimos años. "Mucha gente se mantiene solo para intentar al menos amortizar las inversiones realizadas, para no perder dinero. También algunas de las explotaciones que se han cerrado alquilan las tierras para pastos", comenta y añade que muchas fincas intentan paliar la falta de rentabilidad y el bajo precio de la leche introduciendo valor añadido a sus productos, especialmente a base de la elaboración de queso.

"Es una forma de obtener más margen de beneficio. La feria de Alaior demuestra que la gente tiene ganas de seguir, que tiene ilusión, pero detrás hay muchos problemas y mucho trabajo".