José Maria Pons Muñoz

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Pau Faner, en el prólogo de "La caza en Menorca", de José María Pons Muñoz, afirma: "Por este libro sabemos como debían de cazar los primeros pobladores de Menorca, célebres en el manejo de la honda, lo que debían de comer, los animales que debían de acompañarles. Sabemos de las ratas que invadían a los romanos, y de los perros que adiestraban los vándalos, y de los gatos que se comían los medievales, y del hambre que padecían los menorquines del siglo XVIII".

Palabras que certifican que se trata de un estudio en profundidad; en el que el autor buscar las raíces de un pueblo que fue haciendo camino y mejorando sus condiciones de vida; a José Maria Pons Muñoz, con ocho libros editados y con distintos ámbitos de colaboración, hasta veinte, no le gusta "vender humo", al contrario, quiere que cuanto afirma esté basando en la historia y en el proceso evolutivo del hombre.

Hoy intento ofrecer un boceto de un ciutadellenc que ha sabido aunar su ayer menorquín con su hoy cosmopolita, ampliando sus conocimientos para ser mensajero de un presente siempre ligado al pasado… Ayer, hoy y mañana se hacen presente en José Maria Pons Muñoz.

Tu currículum es impresionante, libros editados, artículos publicados, habiendo prologado varios libros de otros autores y un largo etcétera. ¿Respiras? ¿Tienes tiempo para hacerlo?
Desde luego que sí, pero considero que lo importante es saberse "programar"… De libros llevó ocho editados, y de artículos publicados he sobrepasado el listón de los 3.500, aparte de otros 30 dedicados específicamente a la pintura y al dibujo.

Además eres colaborador habitual en…
Actualmente en el "Menorca", también colaboré en el "Iris", "Puerta" de Madrid, "Club de Gourmets", de ámbito nacional, "Caza y Pesca" y "Captura".

Y "defensor" de la salsa mahonesa y otros añadidos.

También, reforzado por el hecho de haber sido presidente de la Cofradía Gastronómica de la Salsa Mahonesa de Menorca, habiendo impartido varias conferencias sobre la dicha salsa y sobre el mundo de los quesos, en Alcalá de Henares, Sigüenza y Menorca; cofrade de Honor de la Cofradía Saguntina Santa Teresa, y… Pero cortaré diciendo que he obtenido 18 distinciones y un "reconfortante" aprecio hacía mi persona.

Excelente bagaje, pero vayamos por partes. Me dices que llevas residiendo en la capital de España 42 años. ¿Qué te "obligó" a trasladarte a vivir a Madrid?
Fue por un motivo personal en el que influyó mi salud; luego decidí quedarme y ya llegó la friolera de 42 años "ejerciendo" de madrileño.

Yo te definiría como madrileño de adopción y ciutadellenc de corazón.
Sin duda. ¡Claro que sí! Aunque nunca podré sentirme más madrileño que ciutadellenc. Para mi vivir en Madrid tiene su origen en una circunstancia, ser ciutadellenc y menorquín es un alto honor que llevo en ese rincón del alma donde guardo las mejores cosas que tengo que agradecerle a Dios.

¿Dónde estudiaste?
Primeramente en el Colegio Salesiano de Ciutadella; luego en Madrid en un instituto hasta que tuve que dejarlo, pero me propuse ampliar y perfeccionar mi bagaje cultural en todo lo que fuera posible y me convertí en un adicto a la lectura y en un "ratón de biblioteca". Así fue como con el tiempo conseguí publicar mi primer libro y mis primeros artículos en las dos mejores revistas especializadas, "Caza y Pescar" y sobre temas gastronómicos en "Gourmet"

¿Te resultó difícil adaptarte a Madrid?

No fue fácil, ya que tuve que empezar prácticamente de cero en una empresa tan gigantesca para mi como desconocida, hasta llegar a tener mi puesto de trabajo en una zona un tanto complicada que recibía un plus de peligrosidad… Con los años le cogí el pulso a los controles de temperaturas y presiones y me encantaba el proceso de la analítica que en cada jornada tenía que hacer varias veces.

¿Cuál o cuáles fueron los momentos más difíciles que tuviste que superar?
Especialmente uno, sucedió aquel fatídico día en que un deporreactor de la factoría reventó, dejando varios heridos y un compañero muerto y las instalaciones destrozadas; luego compartí dificultades con alegrías, sobre todo en los años en que fui presidente del Comité de Empresa, tiempo aquel en que conocí y traté a personajes que, algunos de ellos, forman parte de la reciente historia de España, los hay que todavía viven; hombres de la talla de Marcelino Camacho, Nicolás Redondo o Antonio Gutiérrez; incluso, en el Ayuntamiento de Alcalá de Henares pude saludar a Su Majestad el Rey.

De tu Ciutadella natal, ¿qué recuerdas?

Mis recuerdos permanecen inalterables y vivos. Ni siquiera necesito cerrar los ojos para sentir el olor de "ses formatjades" o el de la cera quemada por las calles en la Semana Santa reportera y procesional; recuerdo éste por señalar un ejemplo concreto.

Y de Madrid, ¿cuál fueron tus descubrimiento mágicos?
Muchos, como la gastronomía, primero de Madrid, después de cualquier cocina honrada; en la capital de España encuentras una "Torre de Babel" gastronómica, sobre todo para quienes nos gusta meter la cuchara… Luego apuntaré la Biblioteca Nacional, de la que poseo carné de investigador literario; también las pinacotecas, el Prado sobre todo, más tarde el Reina Sofía y el Thyssen, y por último las múltiples galerías que he ido frecuentando para perfeccionar mi capacidad y poder conocer a fondo la calidad de una pintura, o de una tela.

Estamos en crisis los medios nos bombardean con esta cruda e inevitable realidad cotidiana, pero ¿es una crisis solamente económica?

Si fuera solo una crisis económica, sería una crisis manejable; lo preocupante es la crisis de valores humanos a todas luces visibles, porque sin esos valores es muy difícil que las empresas puedan garantizarnos un mundo laboral digno y en libertad.

¿Tenemos los políticos que nos merecemos?

La reiteración de esa pregunta tiene inevitablemente la reiteración de la misma contestación, que no es otra que el sí, aunque en los momentos actuales la ciudadanía está demostrando un comportamiento por encima de la familia política.

Desahucios, paro, corrupción, ¿qué te oprime el alma con mayor fuerza?
Los desahucios son terribles y mezquinos; el paro es espantoso y cambia el carácter de quién lo sufre; la corrupción ha llegado a metástasis que deja al descubierto la catadura moral de quienes lo practican y además dejan a los políticos honrados en evidencia, por no ser capaces de poner los medios realmente coactivos y eficaces para erradicar esa lacra.

¿Qué futuro le espera a la juventud?
La juventud nunca tuvo un futuro de "vino y rosas", y en los momentos actuales, con la juventud más preparada de la historia, es precisamente cuando tienen un futuro que por su preparación debería ser fácil, pero las circunstancias que ellos no han generado hacen que sea todo lo contrario.

¿Crees que salir al extranjero en busca de un trabajo es una alternativa positiva?
Para miles de nuestros hijos no se trata ya de que sea una alternativa positiva o no, ya que no les estamos ofreciendo otra alternativa.

¿Cuándo y cómo deberían regresar a "casa"?

Lo ideal sería regresar cuando aquí puedan encontrar un puesto de trabajo. En cuanto a Menorca tengo la percepción que es muy arriesgado poner "todos los huevos en la misma cesta"; me estoy refiriendo a hacer todos los esfuerzos de inversión solo en la industria turística.

Sin embargo y "agotadas" las fuentes de riqueza de nuestra isla, el turismo se abre como la única alternativa, pero, ¿lo cuidamos como deberíamos hacerlo?
Sí y no, pero deberíamos potenciar una industria subsidiaria, por ejemplo de productos gastronómicos que en Menorca son magníficos; estoy viendo que el sector del vino está dando ya excelentes resultados y esto es esperanzador. Para mí la industria agropecuaria debe ser el sector que no hay que dejar que se pierda. Menorca sin sus "llocs" y sus payeses perdería una de sus señas de identidad más genuinas, incluso el horizonte de su continente influiría en el conjunto del atractivo que Menorca ofrece al visitante.

Madrid o Menorca, ¿dónde resulta más difícil vivir actualmente?

Depende de la situación personal de cada uno, aunque conviene recordar que "lo que la naturaleza no da, Salamanca no lo presta". Hay gente que se adapta con suma rapidez y la hay que no está nunca a gusto, y ten por cierto que no hay nada más contraproducente en el trabajo que un inadaptado.

Muchas aficiones en tu "macuto", de ahí algunas preguntas muy directas relacionadas con dichos hobbies. ¿Qué es para ti escribir?
Una filosofía de vida, una manera de relacionarme con personas que ni siquiera conozco y que quizás no conoceré nunca; también es un reto diario conmigo mismo, un peregrinaje por la mente que se inicia al poner la primera letra de un texto nonato y acaba al final del mismo.

Y la pintura, ¿cómo la definirías?
Como la más bella y antigua forma de expresarnos fuera de las palabras y de los gestos. Una forma de retener lo perecedero en una superficie, la capacidad de alegrar el espíritu del espectador, la magia que permite una técnica depurada de poder mostrar sobre una superficie plana la naturaleza tal cual es, con sus volúmenes y sus relieves más exigentes. Una maravillosa manera de disfrutar de la capacidad ajena, cuando esa capacidad merece ser llamada arte.

Pesca o caza, ¿qué prefieres?

Yo me defino como un cazador que a veces pesca, aunque llevo años solo cazando con cámara fotográfica y teleobjetivo.

Si algún día te pierdes en Madrid, para encontrarte, ¿adónde debemos ir?
Al Jardín Botánico por mi afición a los bonsáis; a la última exposición de pintura, y a la hora de practicar como gastrónomo en ejercicio, un restaurante vasco o gallego, aunque lo mejor es comer fuera de la capital, en esa archidiócesis culinaria de los hornos de leña: Sepúlveda, Segovia, Jadraque, Ávila, Burgos…

La colonia menorquina en Madrid, ¿tiene vida propia?
No, en absoluto.

¿A qué ciutadellenc "ilustre" elegirías para ir a cenar mano a mano?
De los desaparecidos a uno cualquiera de aquellos maravillosos constructores de "taules" del talayótico menorquín para que me contara cómo las hacían, cómo las construían y qué es realmente una "taula".

¿Y de los felizmente vivos?

De los afortunados y felizmente vivos elegiría al barítono Joan Pons o al pintor Matías Quetglas, pero también a un pescador de Baixamar o a un "l'amo de lloc" o a cualquiera de los buenos amigos que conservo.

Benedicto XVI acaba de dimitir, ¿cómo definirías al Papa emérito?
Como a un hombre al que no se le puede exigir más, y que ahora incluso más que antes, me parece admirable.

¿España tiene solución?

Claro que sí, de eso no tengo dudas.

En estos momentos, con muchos "kilómetros" por recorrer, con tu hija Arantxa -amor y báculo garantizado-, ¿qué le pides a la vida?

Salud y capacidad para seguir encontrando maravilloso cada amanecer, aunque solo sea para ver el vuelo de un pájaro.


O ir a visitar el Thyssen, el Reina Sofía, o el Prado para admirar la última exposición, o a la Biblioteca Nacional para profundizar, un poco más, en tus conocimientos.