Límites. El acceso al faro de Cavalleria se restringiría para aumentar su atractivo visual y regular la presencia de visitantes, que accederían a él en transporte público - Paco Sturla

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El Ayuntamiento de Es Mercadal quiere convertir el faro de Cavalleria en un referente turístico en Menorca. Para ello, proyecta la restricción de la circulación de vehículos a motor por la carretera que va hasta el faro, a cambio de poner en marcha un servicio público de transporte que partiría desde un nuevo aparcamiento que se habilitaría muy cerca del que ya existe en las inmediaciones de la playa de Cavalleria.

El proyecto es complejo, puesto que necesita del acuerdo entre el Ayuntamiento, el Consell, Autoridad Portuaria de Balears y la propiedad de la finca de Santa Teresa. El punto de partida es la voluntad de que una visita al faro de Cavalleria se convierta en una experiencia en un entorno único y vacío de coches. Según explica Francesc Ametller, al encanto de visitar el faro, sus acantilados y los diferentes servicios que se puedan ofrecer en el edificio, se quiere añadir la contemplación de un paisaje sin coches, muy diferente a la aglomeración que se produce durante los meses álgidos de la temporada turística.

Para conseguir este objetivo, debería habilitarse un punto donde los potenciales visitantes del faro dejaran su vehículo privado. El aparcamiento que da servicio a la playa de Cavalleria no es lo suficientemente grande para absorber los vehículos de los bañistas, con lo que sería imposible que también acogiera los coches de quienes desearan ir hasta el faro. Por ello, Ametller apunta que "podría abrirse un nuevo punto de estacionamiento cerca del ya existente". Este proyecto requiere del acuerdo con los propietarios de los terrenos, con lo que ya se han mantenido varias conversaciones.

En este punto, los visitantes dejarían su vehículo privado, y podrían partir hacia el faro mediante un transporte público. La primera opción para este servicio es contar con algún vehículo eléctrico con suficiente capacidad para circular por el terreno de la zona. El Ayuntamiento podría ser el encargado de regular y controlar este servicio, y los primeros cálculos apuntan que cada media hora podría partir un grupo hacia el faro a bordo de este transporte público. Los visitantes que optaran por ir a pie hasta el faro, o en bicicleta, no tendrían ninguna restricción de paso. Incluso el alcalde apunta la posibilidad de habilitar un punto de alquiler de bicicletas eléctricas en el nuevo estacionamiento, para que pudieran ser utilizadas para ir hasta el faro. También se ha ofrecido la posibilidad de utilizar un carruaje tirado por caballos para hacer este trayecto.

El proyecto para potenciar el faro de Cavalleria incluye la instalación de una pequeña zona de servicios, cuya ubicación está por determinar. Según el alcalde, existen dos opciones. Una, ubicarlo en el aparcamiento de la playa. La segunda, sería colocarlo en el nuevo estacionamiento que se abriría en los terrenos cedidos por los propietarios de Santa Teresa. En ambos casos, se baraja la posibilidad de que, además de vender bebidas, se pudieran comercializar también en este punto productos agrícolas producidos en las fincas de los alrededores, como embutidos o quesos. "Debe ser una instalación que no cree impacto", apunta Ametller.