Primavera. Empiezan a proliferar las plantas, aunque el viento, con reflejo en el mar, todavía se resiste a abandonarnos - Paco Sturla

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El tiempo será benévolo con las vacaciones de Semana Santa. Según las previsiones que maneja la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET), "se espera una situación de ponientes en la que se alternará el buen tiempo con algunas lluvias, en general débiles, y temperaturas suaves". Es decir, días generalmente soleados con precipitaciones poco probables que, de producirse, se concentrarán entre hoy por la noche y mañana por la mañana, y también el sábado por la tarde. En cualquier caso, se trataría de frentes "poco activos" que "irán atravesando Balears desde Eivissa hasta Menorca".

La Semana Santa será, pues, la antesala de lo que nos deparará la recién estrenada estación primaveral en la que la normalidad será la nota predominante. En términos estrictamente meteorológicos, esta normalidad se traducirá en una subida paulatina y constante de las temperaturas, variando las máximas diurnas de los 18 grados de abril a los 26 grados de junio y las mínimas de los 10 grados a los 17 grados, y en un retroceso en el número de días de precipitaciones, de los siete del mes de abril a los dos de junio.
Desde el organismo estatal de meteorología explican este comportamiento por el componente intermedio de la primavera como "estación de transición entre el invierno y el verano". "Durante la primera parte", explican en un comunicado, "se intercalan situaciones de buen tiempo con el paso de frentes y borrascas, que pueden llevar asociadas situaciones de lluvias, viento y frío". En la segunda parte, prosiguen, "los días van adquiriendo características más veraniegas, las temperaturas van subiendo y el paso de borrascas y frentes es menos frecuente, aunque alguno de ellos pudiera dar lugar a alguna lluvia débil acompañada de barro e incluso alguna 'rissaga' en el puerto de Ciutadella, sobre todo en junio".

Invierno poco lluvioso

Según la AEMET, el invierno en Menorca ha sido "ligeramente seco", con un régimen de lluvias un 25 por ciento por debajo de lo normal. Ello ha sido debido a que en diciembre apenas se registraron precipitaciones, una anomalía que se compensó con un enero y febrero húmedos. Las temperaturas, por otra parte, se mantuvieron en los valores normales.