VANDALISMO. Los farolillos han sido el objetivo de los gamberros - D.M.

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El joven que resultó herido durante la madrugada del viernes en Son Bou al precipitarse desde una altura de más de dos metros fue ayer dado de alta tras permanecer 24 horas en observación en el hospital Mateu Orfila de Maó, según informaron fuentes del centro sanitario.

J.E.R., de 27 años y natural de Maó, sufrió un traumatismo craneoencefálico debido a la caída, que tuvo lugar en las inmediaciones de los locales de ocio de la urbanización, donde estos días se concentran cientos de jóvenes con motivo de las fiestas de Semana Santa.

La masificación de jóvenes, especialmente estudiantes que alquilan apartamentos en el núcleo para celebrar el final del segundo trimestre, preocupa a algunos vecinos de la zona, que reclaman más vigilancia policial para evitar los desperfectos del mobiliario urbano que, según aseguran, se dan año tras año en Son Bou.

"Cada año por estas fechas rezamos cien 'padre nuestros' y, a pesar de todo, siempre hay destrozos", denuncia un residente en la urbanización de Alaior. En esta ocasión, el objetivo de los jóvenes vándalos han sido los farolillos de la zona más cercana a una conocida discoteca de Son Bou.

Del mismo modo que solicitan un mayor dispositivo de vigilancia, los vecinos reclaman que se lleven a cabo controles de alcoholemia, especialmente en torno a las 6 horas, momento en el que cierra el último local y algunos jóvenes regresan a Maó. "Son un peligro, tanto para ellos mismos, como para otras personas que, como yo, nos levantamos muy temprano para ir a trabajar", explica uno de los residentes.