Buque. Es el primer crucero que atraca en el interior del dique - Gemma Andreu

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El "Quest for Adventure" pasará a la historia por ser el primer crucero en atracar en el dique de Ciutadella. Lo hizo entre las ocho de la mañana y las dos de la tarde, con 321 clientes senior, la mayoría británicos, y con 260 tripulantes.

No obstante, la llegada del crucero apenas se notó en el ambiente comercial en la ciudad. La mayor parte del pasaje escogió realizar excursiones fuera de Ciutadella. Había tres rutas a escoger, incluidas en el precio del crucero.

La primera incluyó Torralba, Sant Climent, el puerto de Maó, Fornells, Es Mercadal, S'Hort de Sant Patrici y el mirador de Cala Galdana. La segunda, Sant Patrici, El Toro, Fornells y Cala Galdana. Y la tercera, Fornells y un paseo guiado por Maó.

Sin embargo, para la tripulación y los 65 pasajeros que no fueron de excursión, se habilitó un autobús a pie de buque que cada media hora iba realizando trayectos hasta la Plaça des Pins. Mientras los primeros cruceristas del dique se desplazaban ayer a otros puntos de la Isla, según la agencia Iberoservice (que organiza las excursiones en tierra) está previsto que el próximo martes llegue al puerto de Maó un crucero que ha contratado las excursiones a Ciutadella con visitas guiadas por el centro histórico.

Para el equipo de gobierno de Ciutadella la llegada de primer crucero al dique "debe entenderse como un beneficio global para la Isla y una oportunidad de futuro para Ciutadella", según el edil Pedro Gener.

"Es el primer paso gracias a las gestiones realizadas por el alcalde", afirmó Francisca Marquès, que ayer actuó como alcaldesa accidental. El alcalde, José María de Sintas, no pudo acudir a la bienvenida oficial que el Ayuntamiento de Ciutadella ofreció al crucero por encontrarse de viaje de trabajo a Palma.

Francisca Marquès, Pedro Gener y Esperança Juaneda fueron los ediles que se entrevistaron con el capitán del "Quest for Adventure", Kess Spekman, acompañados por Rosa Cardona, de la agencia consignataria, y Daniel Ramis, director-gerente de Ports de Balears, entre otros. Para el Ayuntamiento, el hecho de que Ciutadella surja como destino de los cruceros ya es un paso positivo para la promoción turística de la ciudad y se animó a contar con el apoyo de los comerciantes para sacar provecho a las escalas programadas durante este año, la próxima el 19 de agosto. "Que haya amarrado el primer crucero significa una inversión futura para la ciudad", dijo Marquès.

El capitán destacó que el tamaño del buque, de 170 metros de eslora, encajó en el dique a la perfección y que la maniobra de atraque pudo hacerse sin incidencias. Aunque lo que más destacó fue la salida del sol, después de que el día amaneciera encapotado. Dijo que estarán encantados de repetir escalas en Ciutadella.

Marquès entregó al capitán una figura de cerámica de un 'caixer senyor' como obsequio y un libro de las razas autóctonas de Menorca, mientras que el Ayuntamiento fue agasajado con una reproducción del escudo del buque.

Entre tanto, el mirador del dique se convirtió ayer en un punto de peregrinación para los curiosos que querían ver la llegada del primer crucero a Son Blanc. Muchos comentaban su tamaño, menor a los esperado, similar al "Martín Soler" de Baleària. Precisamente, su reducida eslora es lo que ha permitido que pudiera maniobrar en el dique. El otro crucero que llegará a Ciutadella, de mayor tamaño, fondeará en la bahía.

Caballos, gin i 'pastissets'

El Ayuntamiento de Ciutadella montó, a pie del buque, una parada de bienvenida a los cruceristas. La mesa contó con productos autóctonos, con degustación de gin y los tradicionales "pastissets", que se ofrecieron a los pasajeros y tripulación que iban regresando al barco.

Personal de la oficina de información turística repartió folletos y dípticos sobre la ciudad, mientras tres jinetes del club hípico de Binisebani ofrecían una demostración ecuestre montados en tres ejemplares de raza menorquina.

A los cruceristas jubilados los caballos les llamaron la atención y muchos aprovecharon para hacerse fotos, sin olvidar probar la ginebra y los dulces autóctonos.