Autor del estudio. Jonathan Gómez es geógrafo, climatólogo y autor de varios informes sobre riesgos naturales - Jonathan Gómez

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El geógrafo y climatólogo Jonathan Gómez Cantero afirma que la "rissaga" de Ciutadella es un ejemplo de meteotsunami. El experto en riesgos naturales y miembro del IPCC (Intergovernamental Panel on Climatic Change) ha publicado un estudio, junto al geógrafo Javier Adrover Galmés, en el que abordan el fenómeno de los meteotsunamis en diferentes lugares del mundo, entre los que citan el caso excepcional de la "rissaga" en Ciutadella. Según el autor, el caso menorquín es el único que se produce con regularidad en todo el país.

La investigación ha sido publicada en la revista digital "Geographos". La palabra tsunami es de origen japonés: "tsu" significa puerto o bahía y "nami" quiere decir ola. Así vendría a ser "ola de puerto". Según explican los autores, los tsunamis sísmicos son los causados por los movimientos de las placas tectónicas, mientras que los meteotsunamis son de origen meteorológico.

Según citan los autores, la definición de meteotsunami, reconocida por la UNESCO en 2008, es "el fenómeno con características de tsunami generado por perturbaciones meteorológicas o atmosféricas. Estas ondas pueden ser producidas por ondas atmosféricas de gravedad, bruscas variaciones de presión, sistemas frontales, rachas de viento, tifones, huracanes y otros orígenes atmosféricos". Ambos investigadores apuntan que las consecuencias de los meteotsunamis pueden ser tan devastadoras como las de un tsunami de origen sísmico, los más conocidos.

Según el estudio, Ciutadella es uno de los lugares históricos en el mundo de ocurrencia del fenómeno, junto a algunos puntos del Mar Adriático y el Reino Unido, Nagasaki (Japón) o Chicago (EUA). Jonathan Gómez y Javier Adrover abordan las causas de la gran "rissaga" del 15 de junio de 2006: "cuando se combina humedad y alta temperatura en superficie con aire frío en altura sobre el Mediterráneo, se originan severas tormentas que pueden provocar grandes perturbaciones en el mar". Aluden a la inundación destructiva que ese día afectó el puerto de Ciutadella.

"Primero llegó una anomalía negativa que retiró el agua para después ser golpeado por una ola de más de cuatro metros de altura". Según los dos geógrafos, este evento se asoció con un abrupto salto de presión que pasó sobre Balears.

"Las ondas en este puerto son particularmente fuertes y más frecuentes que en cualquier otro sitio. El modo en que afecta este fenómeno es característico, produciéndose primero la llegada de la onda negativa, retirando el agua del puerto, y seguidamente acontece la onda positiva, en forma de ola de considerable tamaño, hasta los cuatro metros en 2006".

Los autores citan el trabajo de institutos como el IMEA, AEMET y CSIC para modelizar y aplicar sistemas de alerta, como el que aplica la propia AEMET cuando ofrece los avisos ante el riesgo de "rissaga". Los autores del estudio consideran importante la investigación encaminada a modelizar el fenómeno para su prevención.

No obstante hay una nueva variable que entra en juego en el caso de los meteotsunamis en general, y en el de la "rissaga" en particular: la incidencia del cambio climático. Jonathan Gómez considera que el calentamiento global conlleva mayores riesgos meteorológicos y mayores perturbaciones atmosféricas por lo que aventura la hipótesis de que el cambio climático puede incidir en incrementar la intensidad y frecuencia de fenómenos como la "rissaga".

A la vez, también se refiere a que los cambios previstos en la Ley de Costas, que prevé la disminución de la protección litoral de los 100 a los 20 metros, "aumentará la vulnerabilidad en el litoral español. En zonas que son vulnerables a estos fenómenos no puede reducirse la protección litoral". Lo importante para estos científicos es que la sociedad conozca los meteotsunamis para prevenir posibles desastres.