Campaña. El obispo Salvador Giménez, junto a Antoni Fullana y el ecónomo diocesano, Santiago Faner - Gemma Andreu

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La Diócesis de Menorca invita a que los contribuyentes marquen la equis en su declaración de la renta en beneficio de la labor social de la Iglesia. Este gesto, que no supone coste alguno para los ciudadanos, representa que el Estado destinará el 0,7 por ciento de cada declarante menorquín que lo haga a la Diócesis menorquina para su función social.

El ecónomo diocesano, Santiago Faner Bagur, incluso apunta que la equis puede marcarse simultáneamente tanto en la casilla a favor de la Iglesia como en la casilla para entidades con fines sociales, en la que se incluye Caritas Diocesana de Menorca.

"Es una manera de garantizar que la aportación voluntaria de cada contribuyente llegará a la Isla, si no se marca la equis, el dinero lo ingresa directamente el Estado", comenta.

El obispo Salvador Giménez Valls explica que a día de hoy son muchos, tanto creyentes como no creyentes, los que "están convencidos de la labor de la Iglesia, de Caritas y de las misiones, y saben que marcando la equis su asignación se destinará a los más necesitados. Como contrapartida, desde la Diócesis debemos ser transparentes".

Nunca se ha sabido el número real de declaraciones con asignación a favor de la Iglesia en Menorca. Los datos son a nivel de Balears: en 2009 fueron 145.103 declarantes; en 2010, 147.513; y en 2011, 143.004. "Las aportaciones a través de la declaración de la renta se han reducido debido a la crisis, a que hay más gente en paro y sin trabajo; aunque el descenso es tan leve que significa que a pesar de la coyuntura económica la gente sigue creyendo en la labor social de la Iglesia", asegura Faner.

Gracias a la "x" que marcaron los contribuyentes menorquines en 2012 en su Declaración de la Renta, la Diócesis de Menorca percibió 939.526,36 euros frente a los 1.002.382,69 euros del año anterior. Se trata de una aportación que el Estado ingresa a la Conferencia Episcopal (según los menorquines que hayan marcado la equis) y ésta a la Iglesia menorquina.

El prelado y el ecónomo diocesano presentaron ayer las cuentas de la Diócesis, con la voluntad de que los menorquines conozcan sus números en un acto de transparencia. Durante 2012, la Iglesia menorquina ingresó 2.395.601,44 euros fruto de las asignaciones voluntarias de los fieles, la aportación mediante la declaración de renta de los contribuyentes y otros ingresos corrientes.

No obstante, el principal gasto para la Diócesis menorquina es la conservación, mantenimiento y funcionamiento de los edificios (1.356.487,63 euros). En este punto, el obispo recordó que la mayor parte del patrimonio es un bien cultural colectivo y señaló que quedan pendientes deudas del Govern balear y del Consell en actuaciones de restauración, que sin embargo la Iglesia ya ha pagado a las empresas contratadas.

Las retribuciones al clero supusieron un gasto en 2012 de 239.430,10 euros, incluida la seguridad social. En este aspecto, el obispo quiso informar de que hay 32 sacerdotes en la Diócesis, que cobran 940 euros al mes y 10 personas en plantilla en la Curia.

El Obispado cerró el 2012 con una liquidez en caja de 79.127,12 euros, aunque esta cantidad es tal debido a la suscripción de créditos por valor de 112.197,32 euros. Monseñor Salvador Giménez y el ecónomo diocesano destacaron las cuentas equilibradas de la Iglesia, pese a que resaltaron que ello es posible gracias a la contribución del trabajo voluntario de muchas personas y las aportaciones que realizan los fieles a través de las colectas.

El obispo hizo referencia a que en 2006 se llegó a un acuerdo con el Estado por el cual el sostenimiento económico de la Iglesia depende única y exclusivamente de los católicos y no creyentes que valoran la labor social que realiza marcando la equis en la renta, una asignación vital para su supervivencia.