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Emili Pou contaba con un presupuesto de 242.193,73 reales de vellón en el año 1860 para dar forma al faro que debía iluminar la bocana del puerto de Ciutadella. El proyecto finalmente vio la luz el día 30 de abril de 1863, es decir, 150 años atrás. Desde entonces, la instalación ha visto pasar el tiempo y ha sufrido los cambios tecnológicos que le han llevado hasta el día de hoy.

Así, al principio el faro funcionaba con combustibles inflamables, como el petróleo o la parafina. Tuvieron que pasar 55 años hasta que llegó la electricidad en 1918 y el alumbrado cambió por completo. Fue el cuarto faro de Balears en entrar en la era eléctrica. Posteriormente, han habido nuevos cambios. El más destacable, quizás, el de 2007, cuando la modificación del alumbrado aumentó tanto la potencia que vecinos y Policía Local se personaron en el edificio para quejarse del exceso de luz.