"Las raíces tiran, nos gusta mantener las costumbres"

Lleva usted un traje precioso, de faralaes, y acaba de cantar una Salve a la Virgen del Rocío ¿cómo se presenta este día de romera?
De faralaes, de flamenca, como prefiera, en Granada siempre lo hemos llamado una bata de gitana. Pues este es un día bonito, para estar en familia, disfrutar, celebrar la misa y cantar a la Virgen. Aunque nosotros ya empezamos ayer (por el sábado) con la noche en el camino, preparando la ermita, haciendo una parada de romeros, encendiendo velas y con una cena de hermandad y una chocolatada y... como se suele decir, la fiesta dura hasta que el cuerpo aguante.

Toda una vida en Menorca pero aún siente con fuerza sus raíces...
Mi familia y yo estamos totalmente integrados en la sociedad menorquina, vinimos muy jóvenes, mi marido en 1971 porque le tocó hacer la 'mili' aquí y yo un año después. Mis hijos son menorquines, han nacido aquí. Pero al ser de origen andaluz, es cierto, las raíces siempre te tiran, y nos gusta mantener las costumbres. De hecho cada año visitamos Granada y vamos al pueblo de Alfacar, donde tenemos una casa.

Comenta que a los andaluces y sus descendientes siempre les gusta la fiesta, la alegría, cantar... ¿qué otras aficiones ocupan su tiempo?
Pues, además del cante andaluz, me encanta la lectura, y también la naturaleza, salir al campo y visitar las playas de Menorca. Además me gusta bailar, no solo sevillanas sino también otros estilos, como el baile latino.

Creía que me iba a lanzar una pelota con efecto y a desvelarme su otra gran afición.
El tenis, sí, he pasado muchos años, dieciocho o diecinueve, jugando al tenis, esa es mi gran afición, toda la familia juega a tenis, de hecho mis hijos son monitores. Somos todos unos apasionados de ese deporte.