Juan Pi. "Innovar puede que no sea suficiente, pero es necesario"

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Juan Pi Llorens es ingeniero industrial por la Escuela de Ingeniería de Barcelona y diplomado en Dirección General por el Instituto de Estudios Superiores de la Empresa (IESE). Su carrera profesional ha estado vinculada a IBM desde 1973, empresa en la que fue ascendiendo hasta acabar siendo Vicepresidente de la Growth Market Unit, con base en Shanghai, hasta febrero de 2011. Desde que se jubiló es consejero independiente del BBVA. Está en posesión de la Gran Cruz del Mérito Civil.

Íntimamente relacionado con Menorca, ha participado en alguna edición de Innovem. Su experiencia en el ámbito internacional le ha dado un amplio conocimiento de la diversidad cultural y sus beneficios.

De ello nos hablará esta tarde, a las 20 horas, en la Biblioteca Rubió, donde ofrecerá la conferencia "Trabajar en un entorno multicultural". Están todos invitados.

Desde el 2011 es usted consejero independiente del BBVA. ¿En qué consiste?
Además de las responsabilidades de cualquier miembro de un Consejo de Administración de una sociedad anónima, por tratarse de un Banco, los consejeros tenemos que cumplir unas reglas específicas emitidas por el Banco de España, que incluyen incompatibilidades muy estrictas, la imposibilidad de gestionar directamente nuestro propio patrimonio mobiliario, y responder a criterios de honorabilidad para poder estar inscritos en el Registro de Altos Cargos. También, al ser un Banco con filiales importantes en otros países, tenemos que responder a un escrutinio similar en sitios como Estados Unidos o Alemania.
En cuanto a la práctica diaria y comparada con otras empresas de similar tamaño en España y otros países, la dedicación de los consejeros independientes en BBVA es bastante superior a la media. Eso es debido a que, sin estar involucrados directamente en las operaciones, tenemos una elevada influencia en el gobierno de la sociedad, especialmente en el establecimiento de principios de actuación, y en la evaluación y seguimiento de las estrategias del grupo, además de temas como retribuciones y auditoría, en que la propia ley exige una involucración específica de los consejeros independientes.

¿Por qué tanto empeño en legislar sobre los enlaces de internet y tan poco para luchar contra los paraísos fiscales y el fraude fiscal?
No conozco a los responsables de legislar sobre uno y otro tema, y mucho menos sus motivaciones. A título personal, y como un ciudadano más, le diría que a mi juicio la lucha contra el fraude fiscal y en particular el que se perpetra a través de paraísos fiscales, no es tanto un problema de lagunas en la legislación como de hacerla cumplir. Para ello es preciso, sobre todo, una voluntad política de todos los Estados implicados. Insisto en la palabra todos, ya que si hay resquicios importantes, el fraude a gran escala los aprovechará. Después, habría que dotar de medios materiales suficientes a los organismos de control e inspección. Finalmente, es necesario reforzar la concienciación ciudadana de que el fraude es inaceptable con independencia de su importe. No olvidemos que las últimas estimaciones en España del fraude de pequeños importes al IVA ascienden a cifras mareantes cuando se suman…

Como ex directivo de IBM y con amplia experiencia en el ámbito internacional, ¿cuáles son las diferencias principales que ve entre la gestión de recursos humanos de dicha empresa y las españolas?
Es difícil generalizar, pero seguramente la diferencia más importante es que la empresa española con experiencia internacional es muy reciente. Eso explica que las políticas de recursos humanos estaban fundamentalmente dirigidas a un colectivo con características sociales muy concretas, conocidas y bastante uniformes. En cambio, una multinacional debe saber que trabaja con personas de distintas razas, religiones y culturas, y por ello debe tener políticas suficientemente abiertas y mucho más complejas.
Dicho esto, y aunque el fenómeno de las 'grandes multinacionales' españolas se remonta a unos pocos años (comparado con IBM, que cumplió 100 recientemente), es impresionante el progreso realizado precisamente en este campo por muchas de ellas. Por ejemplo, no observo diferencias notables entre IBM y BBVA en políticas de gestión del talento (incluido el ejecutivo), compensación, formación etc. BBVA estuvo entre las 10 mejores empresas mundiales en gestión de recursos humanos en el ranking de una de las más importantes revistas económicas de Estados Unidos en 2011.

Mucho se habla de innovación, emprender, rediseñar… ¿pero cómo hacer todo ello si no se tiene acceso al crédito?
El acceso al crédito de muchas empresas, en especial medianas y pequeñas, es un problema gravísimo. Paradójicamente, eso sucede cuando en el mercado internacional de capitales hay liquidez y los intereses son bajos. Lo que pasa es que a nivel macroeconómico nuestro país estaba excesivamente 'apalancado', o endeudado, tanto a nivel público como de familias. El problema es que estamos pagando las deudas públicas y privadas de inversiones y gastos de dudosa o nula rentabilidad. A la vez, y por buenas razones, las autoridades bancarias están forzando a la banca española a que se capitalice más y disponga de más liquidez, lo que va obviamente en la dirección contraria. Pero la causa última es evidente: aunque a menor ritmo, el sector público sigue endeudándose y pagando cada vez más intereses, y como los recursos son limitados, hasta que esta sangría no se detenga no habrá crédito suficiente para la empresa.
Dicho esto, la innovación, la creatividad y la reingeniería de nuestras empresas es la única salida a una situación que no parece tenerla, se puede acometer con pocos recursos y aunque no suficiente, sí hay crédito selectivo para aquellas empresas y proyectos que merecen la pena.

¿Cuál es su recomendación para aquella persona que se arriesgue a emprender – hoy en día – en España?
Afortunadamente estas personas existen, y algunas de ellas están en Menorca. Lo que les he dicho es, en primer lugar, enhorabuena, porque siempre se precisa valor para acometer una empresa, y más en estos momentos. Pero también les diría que las épocas de crisis han sido siempre tiempo de grandes oportunidades a condición de que se entienda que crisis es cambio, y que los modelos de éxito del pasado ya no sirven. Innovar puede no ser suficiente para lograr el éxito pero desde luego es necesario. Finalmente, cualquiera que sea el negocio que uno emprenda, su mercado es el mundo. Esto es a veces difícil de entender cuando se trata de un negocio tradicionalmente local, pongamos un supermercado. Pero si nos fijamos un poco, veremos que incluso en ese ejemplo no sólo el cliente procede de todas partes – y más en un sitio como Menorca – sino que la competencia viene a menudo de internet, vaya usted a saber de dónde.

'Trabajar en un entorno multicultural' es el título de la conferencia que ofrecerá esta tarde ¿se trata de asumir las diferencias culturales para conseguir una mayor eficiencia en la empresa?
Efectivamente, entre otras cosas. Y no sólo para trabajar, sino para relacionarnos, aprender y divertirnos. La realidad en la que vivimos ya es multicultural, nos guste o no, y representa una gran riqueza. Para aprovecharla hay que hacer un esfuerzo, que pasa no sólo por aceptar esa realidad, sino por entenderla, y actuar de forma diferente a como lo hacíamos en una sociedad mucho más pequeña y uniforme. En la charla de esta tarde intentaré diseccionar algunas claves de este reto.

¿Cuáles son las habilidades y competencias necesarias para trabajar en un ambiente multicultural?
El idioma es un requisito indispensable, aunque no suficiente. En entornos internacionales de negocio, el inglés es el idioma de referencia como todos sabemos. Pero ya que la pregunta es general, debo matizar que en otros entornos podemos necesitar otro u otros idiomas. Por el contrario, aun cuando hay un idioma común, son necesarias otras aptitudes y actitudes, tales como una mente abierta a otras etiquetas y costumbres, capacidad de comunicar nuestros propias ideas, aceptación de otras realidades, formas de vida y valores, etc. De eso intentaré hablar con más detalle esta tarde.

¿Cambiamos al mismo ritmo que cambia el mundo?
Cuando hablamos de ritmo de cambio podríamos hacerlo pensando en nosotros como personas frente a los cambios tecnológicos y sociales, a nuestra sociedad española frente a otras sociedades más 'jóvenes'… En cada uno de esos casos, la respuesta es no. La resistencia al cambio (o la inercia) es muy natural. Creo que no nos damos cuenta de la enorme magnitud de los cambios que afrontamos, pese a lo mucho que hablamos de ellos, y parte de la angustia que sentimos por la crisis es porque intuimos que algunas cosas nunca volverán a ser como antes. Ahora bien, en la historia nunca los cambios han sido a peor, al menos globalmente. Medido por las metodologías más serias – aceptadas por la ONU – el grado de bienestar individual a nivel global es el mejor de toda la historia, pese al hambre, miseria y conflictos que todavía quedan. En el pasado era peor. Eso sí, el progreso no es igual para todos. Generalmente sólo disfrutan del progreso quienes son capaces de adaptarse a los cambios. Y por otra parte, todos estamos de acuerdo en que algunas prácticas de despilfarro y abuso no sólo son éticamente inaceptables, sino simplemente insostenibles y no debe confundirse bienestar con despilfarro y mucho menos con desigualdad y abuso.