Binicodrell. El inmueble tiene un gran valor patrimonial y simbólico - Archivo

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El Ayuntamiento des Migjorn Gran mantiene intacto su interés por adquirir las casas y terrenos colindantes de Binicodrell de Darrere con la intención de darles un uso cultural. Para que eso sea posible, el alcalde Pere Moll reconoce la necesidad de vender las dos parcelas municipales de la urbanización de Sant Tomàs, de 770 y 775 metros cuadrados, que recientemente han vuelto a salir a subasta pública después de dos intentos frustrados. Ambas se asientan sobre suelo urbano y en ellas se pueden construir sendas viviendas unifamiliares. En cuestión de días se sabrá si hay o no comprador o compradores ya que el plazo para presentarse expira el próximo día 24.

Los ingresos que se deriven de esta operación urbanística, que rondarán los 268.000 euros y cuya finalidad únicamente puede ser inversora –en ningún caso pueden destinarse a gasto corriente-, serían el primer paso para conseguir que Binicodrell pase a ser de titularidad pública, algo que el equipo de gobierno municipal persigue desde hace tiempo, alentado tanto por su valor patrimonial como simbólico ya que fue el enclave en el que se originó el pueblo en el siglo XVII.

Negociaciones avanzadas
"Las negociaciones con la propiedad están muy avanzadas y el acuerdo podría cerrarse dentro de poco, pero sin ingresos el Ayuntamiento no puede hacer frente a esta inversión", admitió ayer Pere Moll quien se mostró muy cauto a la hora de esbozar las ideas que el equipo de gobierno local maneja para este enclave, que cuenta con un edificio de 800 metros cuadrados y unos terrenos que rondan los 4.000. Entre ellas que sea la nueva sede de la Escuela Municipal de Música -el edificio actual tiene deficiencias-, que albergue un futuro Museo Etnológico o que acoja a diferentes entidades culturales como sería el caso de la asociación ART's, impulsora de la Gran Migjornale.

Lo cierto es que al Ayuntamiento des Migjorn le gusta la idea de convertir este enclave en un espacio polivalente dirigido a la promoción y difusión de la cultura, por lo que incluso baraja la posibilidad de incluir todos estos usos en Binicodrell, tal y como reconoce la concejala de Educación, Cultura y Participación Ciudadana, Elena Baquero. En cambio, el planteamiento de trasladar allí la sede consistorial se encuentra en punto muerto. "En su día nos sorprendió la reacción de los vecinos del pueblo, no pensamos que podía generar este rechazo", admitió Moll quien, por otra parte, prefiere no aventurar posibles soluciones.

Al parecer, sobre la mesa de alcaldía siguen las tres conocidas: o construir un inmueble de nueva planta en el solar donde originalmente estuvo el Ayuntamiento, para lo que se requeriría una inversión próxima a los dos millones de euros; o continuar en régimen de alquiler en el edificio actual; o trasladar la sede a otra propiedad municipal que, en caso de prosperar las negociaciones y de producirse la venta de las dos parcelas de Santo Tomás, podría ser Binicodrell. Ahora mismo, sin embargo, sobre este tema hay poco o nada seguro.