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La tenemos tan cerca que a veces nos olvidamos de que la Catedral es una joya monumental y que alberga un rico patrimonio, compendio de la historia de Menorca. Está en pleno corazón de Ciutadella y se está convirtiendo en el principal reclamo del turismo cultural. Las cifras de visitas hablan por si solas: más de 31.000 turistas la visitaron el último verano.

Esta es la tercera temporada que funcionan las visitas turísticas. "Al ser Ciutadella capital de la Diócesis, la Catedral se convierte en uno de sus símbolos más significativos", explica el director del Museo Diocesano, Gabriel Julià Seguí, un experto en el patrimonio arquitectónico y artístico del templo.

Las cosas empezaron a cambiar cuando se habilitó un punto de atención y recepción al público. "Antes los turistas entraban y sólo veían la Iglesia, por lo que se decidió habilitar el espacio litúrgico para la visita cultural y turística, lo que conllevó poner unos horarios de visita y una entrada-donativo, cuya recaudación sirve para los gastos de mantenimiento y mejora del edificio", comenta. Este paso ha obligado a la Diócesis a mejorar el templo como espacio de visita, con la instalación de vitrinas en las que se expone el patrimonio litúrgico y artístico de la Catedral. El Obispado ha invertido en infraestructura, en la edición de folletos informativos en diversos idiomas y en la contratación del personal que atiende a un público de todas las nacionalidades. "Se trata de ir mejorando el producto, de reinvertir los donativos para recuperar nuevos elementos que puedan ser expuestos y de dotar de nuevo material explicativo", asegura Julià.

El proyecto está funcionando y las cifras de visitas son significativas: 31.566 personas realizaron la visita a la Catedral entre el 1 de mayo y el 31 de octubre de 2012. Esta cifra no contabiliza a los residentes en Menorca y Balears, para quienes la entrada es gratuita. En lo que llevamos de año, desde el pasado 1 de mayo hasta el 23 de julio, han realizado la visita cultural 12.552 personas. Según Josep Mercadal, una de las personas responsables del centro de recepción, si se mantiene este ritmo de visitas, este año las cifras de visitantes podrían ser incluso mejores que las del año pasado.

Para la visita cultural de la Catedral, libre y sin guía, está establecida una entrada-donativo de 2,50 euros para los adultos (excepto para los residentes en Balears, que es gratuita). Por 4 euros, se incluye no sólo la visita a la Catedral, sino también al conjunto del antiguo convento de Sant Agustí, es decir, el Seminario y el Socors, "los dos edificios más bellos y emblemáticos de la ciudad, una visita cultural de primer orden para conocer la historia de Ciutadella", señala Gabriel Julià.

El perfil del visitante, según explica Josep Mercadal, es un turista interesado en conocer la cultura del lugar que visita. Mayoritariamente, son ingleses, alemanes, italianos, españoles y franceses, "aunque este año se está notando la llegada de rusos, polacos, checos y turistas nórdicos". Los responsables del centro de recepción coinciden en destacar que los visitantes "salen encantados con la visita. Les sorprende el buen estado de conservación de la Catedral y el resultado de la restauración como un templo de referencia del estilo gótico catalán".

No es de extrañar que la Catedral maraville a los visitantes, porque un único espacio concentra diferentes estilos arquitectónicos: la torre del campanario, como vestigio del antiguo minarete de la mezquita; la nave, como joya del arte gótico medieval; el estilo barroco de la Capella de les Ànimes; el neoclásico de la Capella de la Puríssima; o el arte contemporáneao que puede contemplarse en las nuevas vidrieras. Aunque el continente es lo más espectacular, el contenido cuenta con piezas de valor artístico destacado, muchas de las cuales resultan desconocidas para muchos menorquines. Gabriel Julià, director del Museo Diocesano, es un experto en la colección litúrgica y artística que se expone en la Catedral. Resaltan los cuadros del mallorquín Joan Mas, de 1601, que antiguamente eran las grandes puertas del órgano catedralicio. También tienen valor los dos altares realizados por Jaume Bagur Arnau, con pinturas de Nina Camps, dedicados a Santa Escolástica y San Isidro y a la Virgen del Rosario.

Una pieza central es el órgano, que este año cumple el 20 aniversario, inaugurado por el rey Juan Carlos y la reina Sofía. Cada martes y viernes, a las 20.30 horas, Tomé Olives y Luba Klevtsova ofrecen los recitales de órgano. En el itinerario pueden apreciarse dos maquetas: una de Jaume Bagur Arnau, con la Catedral antes de la reforma del Presbiterio (1939-41), y otra maqueta del templo de Josep Mascaró. El rincón más fotogénico para muchos turistas, según explica Julià, es la Capella de les Ànimes, obra de Pere Amorós, de finales del siglo XVII, que fue el introductor del estilo barroco en Menorca.

Una de las vitrinas atesora los fragmentos más antiguos de la Catedral. Julià explica que hace 30 años, en el transcurso de la restauración de la Sacristía, aparecieron depositados en un hueco de la pared: una talla de madera de un Santo Cristo, de antigüedad desconocida; un fragmento arquitectónico policromado, posiblemente de la antigua mezquita, y un resto cerámico. "La Sacristía fue construida en 1600 por lo que alguien debió querer salvar la memoria de estas piezas para la posteridad y las guardó en este hueco de pared", dice Julià.

La colección de vestimenta y objetos litúrgicos está expuesta dentro de vitrinas en la Sagristia dels Canonges y en la Sala Capitular, dónde la pieza de orfebrería más antigua es un píxide. También destacan el cáliz y la patena regalados por la reina Isabel II en su visita a Menorca.
Cada pieza expuesta tiene su historia y significado, con sorpresas como un faldistorio diseñado por Gaudí. El recorrido merece la pena para adentrarse en la historia del templo principal de Menorca. Los turistas son los primeros interesados en conocer este legado, que convierte la Catedral en un espacio con atractivo cultural por descubrir.