Verbenas. El año pasado fueron organizadas por una empresa - Archivo

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El Ayuntamiento de Maó ha convocado un concurso público para adjudicar el servicio de bar, que incluye la venta de bebidas y bocadillos desde una barra, en las verbenas de las fiestas de la Mare de Déu de Gràcia. El precio inicial de la licitación para cuatro días de explotación, que abarca del 6 al 9 de septiembre, asciende a 5.000 euros.

El objetivo del equipo de gobierno municipal es obtener recursos económicos que permitan reducir el coste que suponen las dos verbenas nocturnas, según explicó ayer el teniente de alcaldía de Servicios Generales, Salvador Botella. El año pasado una empresa asumió la organización de las actuaciones a cambio de explotar el servicio de bar. Este año, no obstante, ha decidido no repetir y por ello el Consistorio ha buscado otras fórmulas.

La barra se instalará en la zona de las plazas Espanya y del Carme. Aunque solo hay dos días de verbenas, Botella entiende que el día del pregón y el de la segunda fiesta generan suficiente movimiento de personas como para que la barra tenga una importante actividad.

Botella destaca que, para evitar quejas desde el propio sector, el concurso público se ha restringido a aquellas empresas ya existentes. El precio de salida, que el Ayuntamiento espera que se incremente, se ha calculado en función de experiencias anteriores y algunas consultas realizadas. El plazo para presentar ofertas acaba el viernes día 23.

Al mismo tiempo, cabe recordar que este jueves acaba el plazo para que soliciten los correspondientes permisos aquellas empresas o colectivos que quieran disponer una barra de bar en el municipio durante las fiestas de la Mare de Déu de Gràcia.

En este sentido, Salvador Botella asegura que no hay novedades en cuanto a la normativa a aplicar. Comenta el concejal que solo hay que ajustar algunas cuestiones relativas a la música que ponen estas barras, puesto que el año pasado hubo algunos problemas puntuales, como que no se respetara el silencio que debe imperar durante el "darrer toc" o que algunos establecimientos compitieran en decibelios con la propia verbena. También se procurará que entre que acaben las verbenas y las diez de la mañana el silencio sea absoluto, por respeto a los vecinos y a algunos actos de las fiestas.