Son Bou. El establecimiento ha diversificado la oferta de alojamiento y se ha adaptado a la demanda - Gemma Andreu

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Los dos únicos campings de la Isla se encuentran en este momento del verano a pleno rendimiento, pese a que esta temporada turística han acusado el descenso del turismo nacional. Se trata de dos instalaciones de diferente categoría y de personalidad diferenciada que mantienen su oferta de servicios en contacto con la naturaleza, un producto que gusta y que sigue atrayendo turistas a la Isla.

El director-gerente del Camping de Son Bou, Baldomero García, explica que "debido a la crisis este año ha fallado el turista nacional". Comenta que para un cliente peninsular le puede salir bien de precio contratar alojamiento en el camping, "pero se encuentran con los altos precios del transporte lo que representa un coste añadido". Es por esto que desde este establecimiento están buscando nuevos clientes, especialmente del norte de Europa para suplir el descenso del turismo nacional. "A medio y largo plazo buscamos al turista europeo, queremos conseguir que el 50 por ciento de nuestra clientela sea nacional y el otro 50 por ciento extranjero, no depender exclusivamente de un solo mercado".

También en el camping de s'Atalaia, en la carretera de Cala Galdana, han registrado un leve descenso de la clientela peninsular.

Ambos establecimientos atraen un tipo de turista interesado en estar en contacto con la naturaleza sin renunciar a los servicios. El de Son Bou dispone de diferentes tipos de alojamientos, desde los bungalows de madera más equipados hasta la tienda de campaña, una oferta que atrae a clientes de poder adquisitivo diverso. "El turismo de camping cada vez está más consolidado y el cliente cada vez busca más servicios. En nuestro caso tenemos el recinto equipado como si fuera un 'resort', es decir, todas las comodidades que puede tener un hotel pero con el concepto de encontrarse en medio de la naturaleza", señala Baldomero García.

El perfil del visitante también es variado. "Nuestro cliente puede ser desde una pareja de estudiantes que se aloja en una tienda de campaña hasta una familia que quiere todas las prestaciones en medio de la naturaleza", indica. En este sentido, considera que el camping es ideal para el turismo familiar "puesto que los niños disponen de un recinto cerrado dónde poder jugar y bañarse en la piscina con la tranquilidad de los padres".
Con también servicios y equipamientos, pero con un concepto diferente, el Camping de S'Atalaia ofrece la posibilidad de alojamiento en tienda de campaña o de instalación de la caravana particular en el recinto. "Nuestro perfil del cliente es difícil de definir, tanto vienen turistas, como menorquines, grupos de escolares, familias o parejas", comenta su gerente.

Los responsables de las dos instalaciones en la Isla coinciden en destacar la fidelidad del turista de camping, que siempre que puede, repite contratación en verano. No obstante, tal como apunta Baldomero García, se trata de un tipo de turismo que también evoluciona lo que obliga a los establecimientos a adaptarse a la demanda.

Por ejemplo, en el Camping Son Bou se organizan actividades para los niños, incluso se ofrecen cursos, a la vez han invertido en diversificar la oferta de alojamiento. "El concepto de camping ha cambiado, ya no es sólo instalar la tienda de campaña. Cada vez el cliente pide más servicios y comodidades manteniendo el contacto con el medio natural", señala García.