Espectacular. El cantautor malagueño cautivó a los asistentes con un formidable concierto en el que no faltaron las melodías más exitosas de su carrera musical - Javier

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Llegó y arrasó. Era el concierto estrella de este año y, sin duda, no defraudó. El cantautor malagueño Pablo Alborán ya lo advertía en un tuit al escribir "¡Viva Menorca! Que recuerdos de infancia, ¡me voy a dejar la piel en el escenario! Besotes", y así lo hizo. Dejó huella entre las 4.000 personas que no quisieron perderse su actuación más estelar.

Cantó y cautivó a sus fans sobre un escenario de 16 metros de boca y dos torres de otros 14 metros de altura, además de las dos pantallas laterales de cinco metros de ancho por otros cuatro de alto. La voz del cantautor brilló y lo hizo acompañado de 200.000 vatios de potencia en iluminación y otros 100.000 de sonido.

Preparativos
Una frenética actividad llenaba ayer por la mañana, y desde el miércoles, el Estadi Maonès. Y es que en torno a 70 personas trabajaron a capa y espada para ultimar la parte técnica. De estos, 35 procedentes de la productora Rubio Producciones, se dedicaron a la instalación de los equipos de iluminación, sonido y vídeo. Por su parte, las empresas mallorquinas Ilutec y Maza ofrecieron apoyo de personal a la productora, además de trasladar hasta la Isla el escenario y dedicarse a la parte eléctrica.

A todas estas personas que trabajaron para lograr un concierto de excepción, hay que sumar a algunas fans quienes quisieron ser las primeras en entrar por la puerta y ocupar un lugar privilegiado. Así, a las 9.15 horas llegaban las primas Paula Cánovas (de 13 años) y Míriam Jiménez (de 23 años) ataviadas con revistas de cotilleo, pinta uñas, una radio y una sombrilla dispuestas a pasar toda una jornada a pleno sol. Paula es de Ferreries mientras que Míriam es catalana y tras aterrizar se fue directa a las puertas del Estadi Maonès. Asegura que le sorprendió la poca afluencia de gente cuando en la mayoría de conciertos sus fans pasan varias noches en las puertas del estadio para conseguir la mejor visibilidad. Tras ocupar parte de la acera, Míriam mandó un tuit al cantante con una foto de su ubicación. "Pero no me ha contestado", lamentaba. Mientras estas dos primas estaban comentado su aventura para hacer realidad un gran sueño sonó en la radio de bolsillo que llevaban "Éxtasis". Callaron y se pusieron a cantar.

Media hora después de su llegada apareció Virginia Rosa (21 años) y Carlos Sánchez (20 años) y poco después, Sandra Fernández, de 30 años, quien reveló que se había desplazado hasta el Estadi Maonès a las 9 horas pero "al ver que no había nadie me ha dado vergüenza quedar y me he ido".