Mascaró. El antropólogo menorquín durante su intervención - Paco Sturla

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El pacto por la educación ya está en marcha. Tras la presentación el mes pasado de la plataforma que promueve la iniciativa, Edu 21, ayer se dio un nuevo paso con la inauguración de las jornadas de verano en Es Mercadal, un foro en el que ya se trabaja sobre la hoja de ruta para conseguir el objetivo que persigue el colectivo.

El antropólogo menorquín Jaume Mascaró fue el encargado de abrir el campo de trabajo con una exposición durante la que analizó cómo se ha llegado a la situación que vive actualmente la comunidad educativa insular. En el primer tramo de su intervención, quiso reivindicar la herencia que les ha dejado el Moviment de Renovació Pedagògica y el Consell escolar que ya pidió un pacto en 2009. "No podemos creernos que estamos inventando algo, si no que recogemos una semilla de hace tiempo", aseveró.

El antropólogo ahondó en la necesidad de buscar respuestas al fracaso escolar en Menorca y averiguar por qué una situación económica tan próspera hace unos años ha conducido a una situación educativa de tan bajo nivel. Y ahí reside según Mascaró uno de los ejes básicos del pacto, "un diagnóstico que conduzca a un conocimiento profundo y consensuado y sin prejuicios que nos lleve a los datos reales", explicó. El segundo paso estará dirigido a analizar lo que hacen otros países para mejorar sus sistemas educativos.

Mascaró sostiene que en Menorca no hay una percepción social sobre el impacto que el sistema educativo tiene sobre los sistemas social, cultural y productivo. Por otra parte, recordó que la comunidad de Canarias acusa los mismos problemas educativos que Balears, un paralelismo que a juicio del antropólogo puede estar propiciado por "el monocultivo del turismo".

Desde la vertiente histórica, Mascaró recordó que en Menorca han vivido en tan solo 150 años tres culturas, la payesa, la industrial de la segunda mitad del siglo XIX y desde los 80 "la cultura terciaria del turismo", un estilo de vida que según explica ahora está "en plena efervescencia". Todo ello ha conducido según el ponente a una "sociedad rasgada". Y es que a su juicio, el modelo turístico "impone unos valores que rompen la forma de entender la vida que estaba arraigada en Menorca". Mascaró concluyó en su intervención que la "falta de liderazgo" en nuestra sociedad ha conducido finalmente a que no haya un modelo de referencia.