Los ponentes. Ayer se ofrecieron diversos puntos de vista sobre el sector educativo - Paco Sturla

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Los dos días de debate y reflexión de la plataforma Edu21 concluyeron ayer en Es Mercadal con una serie de propuestas para la mejora de la educación en la Isla. El objetivo de abordar un pacto es la mejora del sistema educativo de Menorca. Para ello el primer paso necesario ha sido consensuar un diagnóstico. El segundo, plantear propuestas. Por ello durante el día de ayer los 200 participantes se reunieron en grupos, según diferentes ámbitos: sector productivo, asociativo, estudiantes, padres y madres y docentes. El debate surgió a partir de la reflexión del primer día que realizó el antropólogo Jaume Mascaró Pons, quién apuntó que durante estos últimos 30 años el avance económico en Menorca no se ha visto acompañado de una mejora en la educación. "La sociedad ha cambiado tan rápido que vivimos un desgarro que dificulta las lecturas compartidas. Por ejemplo, no existe una percepción social del impacto que tiene el sistema educativo sobre los sectores productivo y social", explican desde la plataforma Edu21.

A modo de conclusión, el colectivo de los docentes pide más autonomía para los centros educativos, más libertad para configurar el currículum, los horarios, y los recursos humanos "para tener maestros asesores, para podernos formar toda la vida como docentes, con el objetivo de convertirnos en docentes profesionales responsables y no sólo cumplidores de las órdenes que vienen de arriba". Lo que reclaman es "una escuela que funcione democráticamente, con la participación de los padres como factor esencial".
Los estudiantes consideran que el pacto por la educación debe tener en cuenta tanto la mejora de los docentes como de los padres y de los propios estudiantes. "Nuestra lectura es que hemos vivido con demasiadas comodidades. Lo hemos tenido todo y por eso cuando se nos pide participar nos cuesta. Nos cuesta también porque dentro de las aulas se nos pide más obedecer que participar. Muchos de los profesores que tenemos no nos transmiten el gusto por aprender y se cultiva poco la curiosidad", aseguran a modo de conclusión los alumnos.

Por su parte, los padres y madres ven "la gran necesidad" de una mayor participación en la vida escolar y en las decisiones "que afectan a nuestros hijos". Argumentan que actualmente, esta relación depende de la buena voluntad del profesorado y del equipo directivo. "Pediríamos, pues, que el futuro pacto educativo habilitara unos canales propicios para que esta implicación de las familias fuera ágil y dinámica", apuntan. En otro orden, constatan que Menorca tiene una importante carencia en su oferta de ciclos formativos, "lo que contribuye a la subida del fracaso educativo ya que los alumnos no están motivados al no poder estudiar lo que realmente les servirá para su futuro".

Desde su punto de vista, las entidades cívicas participantes en el foro describen una sociedad con algunos indicadores preocupantes: falta de liderazgo de las asociaciones, menos jóvenes voluntarios en las entidades, y excesiva burocratización. "La educación formal no se puede consolidar sin un sistema de educación no formal activo que pueda formar a los alumnos en el amor a su pueblo y a la implicación gratuita para mejorarlo", señala este grupo. Proponen crear una oferta de cursos de verano que consistan en aprender sirviendo a la comunidad, al considerar que "no tiene sentido que los jóvenes dediquen la mayor parte de su tiempo al sofá o consumiendo".

Las voces participantes en el encuentro procedentes del sector productivo esgrimen que en Menorca "necesitamos definir dónde queremos estar dentro de 20 años. Si no sabemos donde queremos estar, no podemos definir un sistema educativo que se adapte". Añaden que "hasta ahora ha habido muchos desajustes. Las empresas no encuentran trabajadores especializados y es necesario romper el círculo vicioso de poca formación, poca oferta laboral". Proponen alcanzar el triángulo virtuoso: formación, empresa e innovación.

"Debido a esto no ha habido una previsión sobre la oferta formativa, es necesario adaptarla a las necesidades", indican. "El sector productivo necesita personas con capacidad de adaptación, competentes en nuevas tecnologías e idiomas, emprendedores que reinventen según nuevos cambios y acontecimientos, y el sistema educativo debe prepararlos", concluyen.