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El Consell quiere adquirir las grutas naturales de Cala Blanca para abrir el conjunto a las visitas y que las cuevas se conviertan en un reclamo turístico de primer orden. Para ello quiere alcanzar un acuerdo de compra con los 30 propietarios de los chalets situados sobre las cuevas, que son propietarios también del subsuelo, según determinan los informes jurídicos.

La Conselleria insular de Turismo ha presentado esta semana el último informe a los titulares de las fincas bajo las que se despliegan las cuevas de Cala Blanca.

Este documento técnico detalla la superficie del subsuelo afectada de cada propiedad y se realiza una valoración para la futura segregación.

Según avanzó ayer Salomé Cabrera, el precio del metro cuadrado se presentará la próxima semana en una nueva reunión con los propietarios y se tratará de una cifra determinada a partir de la tasación realizada por los técnicos. La consellera afirma que la intención del Consell es evitar la expropiación y que el objetivo es alcanzar un acuerdo con los propietarios. Cabrera asegura que el Consell dispone del dinero necesario para realizar la compra de las cuevas de Cala Blanca. Se trata de medio millón de euros reservados dentro del Plan de Dinamización del Producto Turístico (PDPT). Con esta cantidad, el Consell no sólo prevé adquirir los 4.833 metros cuadrados que suman las grutas visitables, sino también adecuar la pasarela y poner iluminación para visitar la Cova de s'Aigo y la Cova de na Megaré, además del embellecimiento del acceso público exterior.

La consellera comenta que "estamos agilizando el proceso al máximo, aunque es un caso inédito en que hemos tenido que clarificar todos los aspectos jurídicos y legales para que las cuevas puedan ser de propiedad pública". En este sentido, Cabrera considera prioritario el entendimiento con los propietarios de los chalets sobre las grutas. En este punto, desde el Consell remarcan que la futura explotación de las cuevas no supondrá ningún perjuicio para las edificaciones sobre las grutas. La consellera destaca que "las visitas guiadas servirán para potenciar el producto cultural y patrimonial de Menorca y supondrán un aliciente más para visitar Cala Blanca". Precisamente, el proyecto también se presentará a la asociación de comerciantes Blancandria, que siempre se ha mostrado partidaria de la iniciativa como reclamo para ayudar a revitalizar la urbanización.

Después de la próxima reunión con los afectados, y si hay acuerdo, las cuevas se escriturarán a nombre de la institución insular que podrá redactar el proyecto de explotación turística.