Promotores Mariano Bendito y Llorenç Moll intensifican los contactos para hacer despegar su propuesta - Archivo

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La propuesta de crear una aerolínea menorquina no ha dejado a prácticamente nadie indiferente. Desde que se conoció la noticia han sido muchos los comentarios que ha generado, algunos más optimistas que otros. La iniciativa de Mariano Bendito Saura y Llorenç Moll Gener ha despertado el interés de varios colectivos, incluso fuera de España.
La idea de Moll y Bendito era contar con una compañía cuyo accionariado privado fuera básicamente menorquín, pero este periódico ha podido saber que un grupo de inversores europeos ha llamado a su puerta para interesarse por el proyecto. Sin embargo, la petición de este fondo de inversión ponía una condición a su colaboración con el proyecto menorquín, hacerse con la mayoría de las acciones. Esto significaba, según los promotores, perder el control de la iniciativa, y por lo tanto no poder garantizar que se prestaran los servicios inicialmente pretendidos para asegurar una mejor conectividad aérea en Menorca.

De entrada, la oferta de estos inversores extranjeros no es del agrado de los promotores de la aerolínea menorquina, pero todo dependerá de cómo reaccionen los menorquines y los posibles inversores tras la presentación pública de la propuesta el próximo viernes en el Ateneu de Maó.

El interés de estos inversores extranjeros no es el único que ha suscitado la iniciativa de Mariano Bendito y Llorenç Moll. Los propios promotores aseguran que diversas empresas que ofrecen servicios a compañías aéreas se han puesto a su disposición para colaborar en la puesta en marcha de Servicios Aéreos Menorquines, aunque de entrada no están dispuestos a ofrecer dinero.

Fuentes próximas a la iniciativa aseguran que también se han establecido contactos desde el País Vasco, Catalunya y Valencia para interesarse por el proyecto, aunque las mismas fuentes apelan a la prudencia, pues son conscientes que el proyecto es complejo, y cualquier paso en falso puede ser fatal. De hecho, el objetivo inicial sigue siendo el mismo: una compañía con un 51 por ciento de participación del sector privado, preferentemente empresarios menorquines, y el resto para el sector público.