Tras años intensos de trabajo artístico en Madrid, Matías Quetglas afirma que ahora puede permitirse encontrarse a gusto - Josep Bagur G.

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El espacio creatio CREAE de Maó retoma mañana los Encuentros con Artistas mensuales y este curso los estrena con un invitado de excepción: Matías Quetglas. El artista de Ciutadella estará disponible en el espacio creativo, ubicado en la calle Padronet, para dialogar con toda aquella persona interesada por el arte, de 20 a 22 horas. «El objetivo es establecer vínculos a través del diálogo abierto entre el artista y el público asistente», explica Jorge Fernández Alday, pintor responsable del centro.

Los asistentes tendrán la oportunidad de conocer al artista, al Matías Quetglas creador, y de preguntar y escuchar sobre su vivencia artística y su concepción del arte. «CREAE abre sus puertas para charlar, compartir, aprender, ayudar y caminar juntos por este mundo de arte y emociones, y esta vez, de la mano de un artista excepcional como es Matías Quetglas», indica Fernández Alday, quien añade que la asistencia a la sesión es libre y gratuita.


Retorno a las raíces

En su isla natal, Matías Quetglas precisa pocas presentaciones. Atesora una trayectoria artística sin parangón en un pintor insular, que ha merecido el reconocimiento dentro y fuera de la Isla. El artista lleva un tiempo residiendo en su casa de Ciutadella. Pese a que siempre ha mantenido el vínculo con su ciudad natal, ahora ha decidido regresar a sus raíces. «No me canso de decirlo, soy como las mulas, que cuando se vuelven viejas regresan al establo», comentaba ayer por teléfono mientras disfrutaba del «silencio fantástico» por las calles de la Ciutadella antigua que tanto le gusta recorrer.

El artista se mostraba encantado de haber sido invitado mañana por una escuela de arte. «Me viene a la memoria cuando era joven e iba a la escuela del pintor Torrent. Antes era más difícil adquirir conocimientos, ahora es más fácil. Me motiva volver a contactar con el ambiente de una academia de dibujo, de contactar con gente con ganas de aprender e interesada por el arte», señaló. Aunque, tan sencillo como siempre, Matías Quetglas quitaba toda importancia a la sesión. «Será pasar un buen rato con la gente de la escuela y hablar un poco de arte». Para el artista, este tipo de iniciativas son importantes. «Hay una crisis general, no sólo económica, de concepto, por eso es de agradecer que haya centros con este ambiente creativo».

Quetglas sigue pintando desde Menorca, «y por muchos años, no quiero jubilarme». Disfruta de la libertad de poder crear a placer, sin las presiones que exigía el trabajo como pintor desde Madrid. La pintura sigue siendo su estímulo vital.