El progresivo envejecimiento de la población sitúa la esperanza de vida en una media de 83 años

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Casi desde que los registros de población existen, las cifras indican que en general, las mujeres viven más años que los hombres. Tan solo hace falta dar una ojeada a nuestro entorno para descubrir que hay más señoras mayores en la ciudad. Y Menorca no vive de espaldas a esta realidad. Según el Institut d'Estadística de las Illes Balears (Ibestat), las mujeres vivieron en 2011 una media de 86,04 años cuando los hombres menorquines registraron una esperanza de vida de 80,11 años, es decir, casi seis años de diferencia.

No obstante, las distancias se acortan. Los hombres ganan esperanza de vida en mayor medida que las mujeres, aunque ellas siguen siendo más longevas. En un futuro, la esperanza de vida podría llegar a igualarse.

Así queda demostrado si retrocedemos dos décadas, cuando la distancia entre hombres y mujeres se fijaba en ocho años. En 2011, la cifra se redujo hasta los cinco años. Algunos estudios señalan que las mujeres son más longevas por una suma de factores biológicos y sociales, como es la vida más saludable. No obstante, de un tiempo a esta parte, los varones han mejorados sus hábitos y sus condiciones laborales, que queda claramente reflejado en la esperanza de vida.

Patente es el progresivo envejecimiento de la población a medida que avanzan los años. En 2011, los menorquines vivieron una media de 83,03 años cuando veinte años atrás, la cifra se situaba en 77,1 años.

En comparación con el resto de Balears, Menorca es la isla que tiene la esperanza de vida más alta, con un año más respecto a Mallorca y medio respecto a las Pitiusas. La colaboradora del Observatorio Socioambiental de Menorca (OBSAM) y técnico en estadística, Anna Gallofré, apunta como un posible motivo la llegada de personas jubiladas que deciden pasar su senectud en un entorno tranquilo como la Isla. Podría pensarse que otra posible causa es la inmejorable calidad de vida de un entorno como Menorca. No obstante, Gallofré indica que aunque los indicativos puedan apuntar hacia esta dirección, las estadísticas del Ibestat no son concluyentes para corroborar este hecho.