Imagen de las maniobras militares realizadas por los soldados de la OTAN en junio de 2010 en Menorca

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Cuatro años después, los militares de la OTANvolverán a Menorca. Serán las dos primeras semanas de mayo del año que viene, cuando está previsto que se desplacen de maniobras a la Isla entre 1.000 y 2.000 soldados de la Alianza Atlántica, procedentes del Cuartel General de Alta Disponibilidad que la OTAN tiene en Bétera (Valencia).

Los entrenamientos serán una prueba para que la OTAN certifique al cuartel valenciano como un centro de mando conjunto terrestre, con el que se podrán hacer operaciones de pequeño calado, confirmaron ayer a este diario fuentes militares, después de que el periódico «Las Provincias» desvelará detalles de la expedición. En este sentido, cabe destacar que la OTAN tiene previsto asignar esta categoría a varios centros europeos, entre ellos (siempre que cumpla los requisitos) el cuartel de Valencia, que en 2016 podría convertirse en el primer centro de Europa con estas características.

La expedición llegará a Menorca bajo el nombre de Trident Jaguar 2014 y está previsto que se desplacen a la Isla por mar y aire los entre 1.000 y 2.000 militares con todo el material logístico necesario (desde decenas de vehículos, ordenadores, grupos electrógenos, maquinaria militar...), ya que el objetivo es simular una misión real, en la que la expedición sea autosuficiente.

El puesto de mando de la operación se establecerá en Maó, previsiblemente en la base militar de San Isidro (como ya se hizo en las maniobras de 2010), aunque los militares se moverán por toda Menorca durante las maniobras.


Segunda expedición

Con la expedición de mayo, será la segunda vez en cuatro años que el Cuartel General de Alta Disponibilidad de la OTANen Bétera escoja Menorca para sus entrenamientos. En junio de 2010, unos 800 militares de la Alianza Atlántica, procedentes de distintos países europeos, ya se desplazaron a Menorca para hacer maniobras.

En esa ocasión se estableció el puesto de mando en la base militar de San Isidro de Maó, donde se montaron hasta 82 grandes tiendas en un campamento de 5.000 metros cuadrados, con capacidad (si se diera el caso) de dirigir un ejército compuesto por unos 50.000 efectivos.