Las temperaturas mínimas pueden caer este fin de semana hasta los 7 grados

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Viento, lluvia y frío. Ese es el panorama que nos espera este fin de semana en la Isla. A tenor de las previsiones de la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET), parece que finalmente ha llegado la hora de sacar la ropa de abrigo del armario.

Y es que si los cálculos de la AEMET no fallan, durante la jornada de hoy la temperatura mínima podría llegar hasta los 9 grados, y el sábado incluso caer hasta los 7. La bajada es considerable si se compara con los registros del pasado miércoles, cuando el termómetro alcanzó una máxima de 18 grados.

Explica la delegada de la AEMET en Balears, Maria José Guerrero, que tras una primera quincena de noviembre «inusualmente cálida», el tiempo que viene estos días se pude definir como otoñal, «aunque con matices ya de invierno». Ello nos deja de alguna manera ante una estación un tanto atípica para lo que estamos acostumbrados.

Pero además del abrigo, durante los próximos días también tendremos que echar mano del paraguas. Las previsiones hablan de altas probabilidades de chubascos, que puntualmente pueden ser fuertes, hasta al menos el próximo miércoles, con unas probabilidades de precipitaciones casi siempre por encima del 90 por ciento.

Y por si fuera poco, además del frío y la lluvia, parece que el viento tampoco amainará. La Isla ha amanecido hoy en alerta naranja por fenómenos costeros, un aviso que descenderá hasta la categoría de amarillo a lo largo de la jornada.

Las rachas reducirán su intensidad durante mañana y el domingo, pero Guerrero alerta que la entrada de un nuevo frente el lunes volverá a traernos el vendaval, aunque todavía no se puede concretar de qué componente con exactitud. Al menos, al partir de esas fechas, las temperaturas se recuperarán ligeramente, con una mínima de 13 grados y una máxima de 15 para el lunes.

Déficit hídrico
La parte positiva, según explica la delegada de AEMET, es que las lluvias de los próximos días, tras varios meses que se pueden calificar como bastante secos, podría ayudar a paliar el déficit de lluvias, un problema que se vive con preocupación en el campo menorquín.

Y por si todavía queda algún valiente con ganas de nadar en el mar, cabe advertir que la temperatura del agua en la costa norte ha caído hasta los 19
grados, frente a los 25 de hace un par de semanas.