Uno de los comercios que sufrió el robo tuvo que reparar la puerta, que había sido forzada - Josep Bagur Gomila

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Cuatro comercios de Ciutadella fueron víctima de sendos robos en la noche del lunes al martes. Un supermercado ubicado en el polígono industrial, una pastelería de la Contramurada y dos locales comerciales de la Plaça des Pins fueron los blancos elegidos para cometer sustracciones en las que el botín no fue demasiado elevado, según apuntan fuentes de la investigación.

En uno de los locales se forzó la puerta para acceder a su interior. En otro comercio, sus trabajadores explican que no se dieron cuento de lo sucedido hasta que abrieron la caja para devolver el cambio al primer cliente del día. Entonces, vieron que el dinero había desaparecido, y fue entonces cuando avisaron a la Policía Nacional, que se desplazó hasta el lugar de los hechos para investigar lo acontecido.

Las primeras investigaciones apuntan a que dos de las sustracciones pueden considerarse hurtos, y otras dos robos. Los primeros tienen una consideración delictiva menor, mientras que los robos, al necesitar del uso de la violencia o la fuerza, pueden tener mayores consecuencias penales.

La Policía Nacional ya ha identificado al presunto autor de estos hechos. Fuentes de la investigación aseguran que se trataría de un delincuente reincidente, que ha estado en prisión y que hace aproximadamente un mes ha salido en libertad. De hecho, fuentes policiales tienen fichados a una serie de pequeños delincuentes reincidentes que, al salir de al prisión, protagonizan pequeñas oleadas de robos hasta que son de nuevo detenidos. De hecho, la Policía teme que durante los próximos días se sucedan nuevos robos en Ciutadella.

En este caso, si finalmente el autor de estos hechos es un reincidente, este factor jugará en su contra a la hora de imponerle una condena. Así, juristas consultados por este periódico explican que en el caso de los hurtos con un botín superior a los 400 euros, el autor puede ingresar en prisión por un período de entre 6 y 18 meses. En el caso de que no fuera reincidente, o por una condena inferior a los dos años de cárcel, podría evitar la privación de libertad pagando una multa. Ahora bien, si no se paga la multa, la pena se transforma inmediatamente en prisión, y los juristas entienden que estos pequeños delincuentes no están en condiciones de afrontar multas.

Fuentes de la abogacía aseguran que los jueces tienen instrumentos suficientes para asegurar que los delincuentes reincidentes no estén en libertad tan rápidamente como sucede en algunos casos. Así, recuerdan que estos casos se pueden tramitar a través de un juicio rápido, e incluso apuntan que la fórmula de la prisión preventiva se puede prolongar durante un tiempo prácticamente equivalente al que podría caerle al acusado en caso de condena firme.