La memoria destaca varias especies amenazadas, como mero, «cranca» y «cigala», entre otras.

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Preservar la biodiversidad de la zona de Ponent, recuperar un hábitat marítimo específico y proteger especies marinas amenazadas. Estos son solo algunos de los múltiples objetivos que siete entidades pretenden lograr con la petición de proteger la zona marítimo-terrestre entre la Platja Gran y Sa Farola.

La protección de la zona, en concreto, 31,250 hectáreas de superficie marina, se pretende llevar a cabo a través de la figura jurídica de la Zona de Especial Conservación (ZEC) marítimo-terrestre, una opción que se apoya en la propuesta de declaración por parte del Ministerio de Agricultura de una zona LIC (Lugar de Importancia Comunitaria) para el Canal de Menorca.

La zona propuesta para su protección va desde la punta del dique exterior hasta Sa Farola incluyendo la Platja Gran y Petita, Sa Cala des Frares, Es Racó de ses Gallines, Cala en Busquets y el Port de Ciutadella. Cabe señalar que la zona ha sido delimitada por la Cofradía de Pescadores de Ciutadella.

Las entidades que rubrican la propuesta -Amics de la Mar, GOB Menorca, Escoltes de Menorca, Cofradía de Pescadores de Ciutadella, Agrupament Escolta Sant Antoni Maria Claret, Agrupament Escolta Federico Pareja y Protectora de Animales de Ciutadella- consideran que la creación de una área marina educativa permitirá recuperar y mejorar un hábitat específico con la prohibición de la pesca y de los fondeos incontrolados en la zona. Asimismo, se marcan como objetivo la colocación de fondeos ecológicos en la zona de Sa Platja Gran y Sa Farola, la protección de especies marinas amenazadas y el fomento de la educación ambiental. Todo ello permitirá incrementar la riqueza marina de las zonas anexas a la reserva. Proponen también el mantenimiento de una zona de pesca específica para los practicantes en caso de condiciones meteorológicas adversas en el resto de la Isla y defienden la pesca como práctica lúdico-deportiva regulada y como herramienta de integración social. También contemplan la creación de puestos de trabajo derivados de la protección y control de la zona de veda. La protección permitirá, a su vez, la mejora de la oferta turística complementaria. La propuesta parte de la prohibición de cualquier práctica pesquera o extracción de flora y fauna marina tanto profesional como aficionada hasta una distancia prudencial de la línea de costa. Además, la zona a proteger debería ser, según los promotores de la iniciativa, accesible para niños y personas con movilidad reducida.