Los números son unos, los mismos para todo el mundo, pero según como se mueven, se colocan y se barajan, las interpretaciones son muchas. Al menos dos, como se pudo ver ayer en el pleno del Ayuntamiento de Maó en el que se aprobaron los presupuestos de 2014 con la oposición del PSOE. Un ejemplo. El PP alardeó durante toda la sesión de una rebaja fiscal en el municipio que el PSOE simplemente niega.
El portavoz de la oposición, Vicenç Tur, acusó al equipo de gobierno de realizar en años anteriores previsiones de ingresos por IBI a la baja, que luego han obtenido liquidaciones muy superiores. «Era una representación teatral para esconder una mentira, una falsa promesa electoral». Reconoció que «este año casi se congela el IBI», pero acusó al PP de que «lo que han chupado a los mahoneses ha ido a los bancos».
Salvador Botella, concejal del asunto, negó la mayor. Expuso que los ciudadanos de Maó «pagan menos y reciben más» y que el descenso del IBI es real porque no hay que observar lo liquidado sino lo recaudado. Además aseguró que se han producido una serie de cambios legales que han conllevado un ajuste en la previsión de ingresos pro IBI este año.
Un juego similar se dio con la deuda y con distintas partidas, como la de Servicios Sociales. Es decir, distintas lecturas de idénticas cantidades para llegar a conclusiones también distintas.
Entre tanta divergencia, surgieron considerables reproches y subidas de tono. Salvador Botella, por ejemplo, se cebó con la situación política de Vicenç Tur y su partido. En la refriega aparecieron como invitados el Prestige, los ERE de Andalucía, Ana Botella, Gallardón, los viajes de Chacón o las autopistas de Eivissa.
La presentación pública de los presupuestos del lunes también tuvo su miga, ya que el PSOE consideró improcedente hacerla sin haberse aprobado las cuentas y reprochó a los populares el poco éxito de la iniciativa, mientras que el PP aseguró que la continuará realizando como acto de participación ciudadana.
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