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En infinidad de ocasiones he comprobado que los militares, debido a su formación, poseen unas cualidades que les hacen diferentes al resto de los mortales. Su sentido del honor, de la responsabilidad, de la profesionalidad y de la lealtad son algunas de las razones por las que están en «permanente vigilia», dispuestos no solo a asumir riesgos sino también a dar siempre respuestas objetivas y optimistas; son personas hechas para la acción, sin limitaciones, con lealtad y bien ejecutadas.

De la ya larga trayectoria profesional que acumula en el Ejército, ¿qué hecho destacaría de forma preferente?
-Varios destinos, como son mis 10 años en Regulares, en África, mis otros 10 años en Baleares, en el Batallón de Infantería Ligera «Mahón», y la misión en Bosnia, al frente del contingente menorquín, que me llevó a dicho país en el año 2000. También apuntaré mi experiencia como Capitán-Director del Museo Militar de Menorca.

Las guerras, cualquiera de ellas, tienen poco o nada de morales, pero la de los Balcanes tuvo algunos componentes que la hicieron «especial»...
-De hecho yo no estuve en Bosnia durante el conflicto bélico. Nosotros estuvimos allí después de la guerra, en misiones de vigilancia, control, y otras, como proteger a la población civil y solucionar sus problemas. Trabajos éstos muy complejos y llenos de responsabilidad y que nos obligaban a permanecer en vigilancia continuada, minuto a minuto, día a día.

Me comentaba que la información que tuvimos del conflicto no fue la correcta...
-No, no lo fue. Los componentes raciales, culturales, religiosos y étnicos jugaron un importantísimo papel; y se nos «vendió» que el problema radicaba en el pueblo serbio y luego comprobamos que estos, los serbios, recibieron por las dos partes, tanto de los bosnios como de los croatas... la etnia musulmana fue la que mas sufrió en aquella guerra en que la «inteligencia» croata utilizó sus recursos hasta límites insospechados para hacer sufrir más a sus enemigos; fue una guerra muy cruda con connotaciones negativas para el género humano.

Me imagino que la experiencia debió proporcionarle muchas enseñanzas pero, vayamos por partes; ¿Estuvieron sus hombres y mujeres, al nivel deseado?
-Incluso estuvieron por encima del nivel exigido; hoy el Ejército español es un ejército profesional, y como tan debidamente preparado, pero pasar de la teoría a la práctica siempre entraña ciertos riesgos, que asumimos y superamos con creces.

¿Con nota alta?
-Sí, particularmente valoré al colectivo menorquín formado por 25 soldados, de ellos 22 hombres y tres mujeres porque dieron sobradas pruebas de su espíritu y de su preparación; les felicité a todos porque fueron cuatro menos muy duros, con solo decir que durante este periodo solo tuvimos un fin de semana libre es suficiente ... el resto estuvimos cubriendo las misiones diarias que debíamos realizar.

¿Algún momento de añoranza?
-Más que añoranza lo que en tales momentos sientes es que te das cuenta de la suerte que tenemos de vivir en un país como España en que la libertad es un derecho y una realidad; también reconoces que en ocasiones salimos de nuestras casillas por cuestiones marginales, o sin importancia, cuando en otros lugares del planeta la gente se mata por otras razones o sinrazones.

Después de una larga etapa, en ocasiones «bailando con la más fea», ¿Qué significó asumir la dirección del Museo Militar de Menorca?
-Estando aquí, en el Museo, es como vivir en otro mundo; yo disfruto muchísimo, entre otras cosas porque desde el 2003 puedo dedicarme a lo que son mis dos hobbys más apasionante, las fortificaciones militares y la arqueología ... San Felipe, La Mola, el puerto de Mahón, y el museo, es decir, todo lo que abarca el consorcio, todo cuanto hago hace que trabaje con entusiasmo y muchísima ilusión.

Podríamos acercarnos a la realidad del Museo.
-Claro; el edificio tiene dos plantas, que en total representan 1.300 metros cuadrados de superficie, contando con 18 salas dedicadas cada una de ellos a distintas «especialidades» o etapas, como la del «General Brandaris», dedicada a la «Guerra Civil», 1936/1939; la de «Carlos V»; la sala «Caules», que alberga una colección de 34 grabados originales, la sala «Micaela Mata»; la del «Bicentenario del Tratado de Amiens», la sala de «Carlos III e Isabel II», la de «Maria Luisa Serra», la del «Coronel Albertí», la del «Almirante Miranda», o las de «Artillería» y la de «Infantería», por todo ello digo que quienes lo desconocen al visitarlo quedan maravillados al descubrir la riqueza que atesora que hace se convierte en una aportación muy interesante a la Historia de Menorca en una determinada faceta, cual es la militar.

Acaba de ser inaugurada una nueva sala, la dedicada a la Infantería, ¿Qué significó para Vd. tal efeméride?
-Particularmente el lograr culminar un trabajo iniciado con mucha ilusión hace cuatro años; el Museo, puede que incluso por su ubicación, en el cuartel de «Cala Corp», en Es Castell, donde el Regimientote de Costa de Menorca había permanecido casi un siglo, era muy artillero y no contemplaba la historia de la Infantería y ahora sí, historia que se inicia con los honderos baleáricos hasta nuestros días, es decir casi 3.500 años de historia dividida en 12 periodos.

¿Es un museo muy visitado?
-Bastante, cada vez más; aunque hay que señalar que en verano es cuando contamos con el mayor número de visitas, especialmente de extranjeros, lo que me lleva a afirmar que el turismo no nacional es el más interesado por conocer la Cultura de Menorca; a dicho tipo de turismo no solo les seduce el «sol y las playas» sino también conocer nuestras costumbres y nuestra cultural, algo que al turismo español solo le interesa en aquellos días en que ir a la playa es poco aconsejable; también sería deseable que el turismo senior, y en invierno nos visitara, y de seguro que de hacerlo saldrían muy satisfechos.

Hoy el Ejército español, ya profesionalizado, es diferente al de antes de la Democracia, y está totalmente integrado en la política defensiva de Europa; ¿Diferencias?
-Todas, antes era un ejército muy localizado, digamos «regional», ahora no, ahora su estructura es similar a la de cualquier otro ejército europeo, integrado en el concepto de la Europa Comunitaria.

-El Consorcio como tal, ¿cuándo y como surgió?
-En el año 1998, siendo Ministro de Defensa Narcís Serra, firmándose el Convenio el día 22 de junio de dicho año; convenio cuya constitución es del «Museo Militar de Menorca y Patrimonio Histórico Militar del Puerto de Mahón y Cala de San Esteban», integrado por el Ministerio de Defensa, el Gobern Balear, el Consell Insular y los ayuntamientos de Mahón y de Es Castell.

Hoy una de las principales misiones de nuestro Ejército Constitucional es la de garantizar la unidad de España; ante la ola de independentismo que está aflorando, ¿Siente preocupación?
-No, en absoluto porque el Ejército actuará al dictado del Gobierno; en la Constitución está muy claro cual es el papel del Ejército y en todo momento sabrá estar a las órdenes del Ejecutivo.

Hoy al militar se le valora como tal y por sus aportaciones a la vida social del país, en cada uno de sus destinos; ha habido un antes y un después, ¿Se considera integrado en una isla con gran historia militar?

-Totalmente, puede que antes se considerase al militar como miembro de una «casta» privilegiada, ahora no, ahora estamos integrados en la sociedad civil, con nuestras obligaciones pero formando parte del «todo» ... particularmente me considero uno más, con muchísimas amistades y muy orgulloso de ser un menorquín más, al menos así me considero aunque no nacido en la isla.

Se habla, se dice, se comenta sobre la Basa de «San Isidro», ¿Cuál es su futuro?
-Sería pretencioso por mi parte hablar del futuro de la Base de «San Isidro», porque lo desconozco y no me pertenece a mí hablar sobre dicho tema.

¿Le preocupa el futuro de Europa?
-Sí, aunque esta pregunta debería ser contestada por mis hijas porque cuando yo tenía su edad me preocupaba más el futuro de España, ahora su visión es más amplia de ahí que se preocupen por estudiar idiomas ya que han abierto su «radio de acción» e ignoran lo que el futuro les deparará y su mentalidad no es tan localista, es europea del todo.

La crisis nos ha golpeado a todos, ni el Ejército se ha salvado, pero, ¿superaremos ésta difícil momento?
-Por supuesto; la crisis nos ha puesto con los pies en el suelo, nos ha bajado de la nube en la que nos habíamos subido y nos ha hecho valorar todo lo que tenemos haciéndonos volver a la realidad, incluso hemos valorado el trabajo no por quien eres sino por lo que vales; el nivel era diferente al que teníamos antes, pero más real y puede que más justo.

¿Muchas aficiones?
-Muchísimas; me considero una persona muy activa; practico el submarinismo con escafandra, el padel, el correr, el salir al campo porque la naturaleza me apasiona, en fin, todo clase deporte.

Menorca, ¿qué significa para Vd.?, ¿un destino?, ¿un ...?
-Un paraíso; cuando escribo o envío un mensaje a algún amigo lo inicio con estas palabras: «desde el paraíso» ... para mí el vivir aquí es un privilegio y aunque nacido en Marruecos y criado en Castilla-La Mancha, concretamente en Toledo me siento menorquín y para con mis amigos me he convertido en un embajador de la isla.

Y en estos momentos, ¿qué le pide a la vida?
-Salud, felicidad y seguir donde estoy viendo que los proyectos del Consorcio siguen adelante.