Juan José Gomila lidera la entidad a nivel balear, Joan Pons es el vicepresidente insular, Lucas Pons es secretario y Maria González, vocal - Gemma Andreu

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Proteger, preservar y dignificar las modalidades insulares de la lengua y lograr su reconocimiento oficial. Éste es el objetivo principal de la recién fundada asociación Foment Cultural de ses Illes Balears.

Esta entidad señala que desde la implantación del Estatuto de Autonomia, la personalidad lingüística se encuentra en declive. Y es que Menorca debe «rallar en pla» porque perder la lengua es perder las raíces.

Esta entidad cultural, abierta y plural lamenta la puesta en marcha de un proceso de sustitución de estas modalidades lingüísticas a favor de un catalán central que no refleja la realidad sociocultural de cada una de las islas. Además, señala que la lengua castellana ha tenido unos usos exclusivos y prioritarios. Todo ello «ha conducido a un proceso de postergación del habla secular de Balears y a una reclusión de sus formas autóctonas, condenadas a poco más que a formas vulgares y folklóricas». No obstante, no están en contra de la lengua estándar ni de la unidad de la lengua, sino que piden que haya igualdad, nunca uniformidad ni imposición.

La nueva asociación se presentará ante la sociedad este viernes a las 20 horas en el Ateneu de Maó. Y será la primera junta directiva que se presente de todo el ámbito balear.

Juan José Gomila lidera la iniciativa a nivel regional. Asimismo, a nivel insular, Joan Pons ocupa la vicepresidencia, Maria González una vocalía y Lucas Pons será secretario. Cabe señalar que la junta menorquina consta de una veintena de miembros.

Foment Cultural pretende ser el altavoz de la sociedad para aquellos que quieran luchar por la lengua y cultura propias y crear así un nuevo clima de pluralismo y diversidad de opinión. «Abrimos las puertas a filólogos, lingüistas, historiadores y a todo el mundo que quiera colaborar en este proyecto y aportar su granito de arena para preservar nuestra cultura, queremos promover un movimiento social y causar una reacción en la sociedad para que las autoridades se den cuenta de que existe un importante sector de la población que no está dispuesta a ver cómo se muere nuestro auténtico y legítimo «parlar», «rallar» o «xerrar», señala Pons.

Cabe matizar que la entidad defiende la oficialidad del topónimo «Mahó».