Clases. Empezaron el lunes y se desarrollarán hasta el 19 de junio, impartidas por Joan Vilafranca | Gemma Andreu

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Con muchas ganas e ilusión, 10 personas han empezado el curso de patronista. Se trata de 6 alumnos y 4 alumnas, procedentes del sector del calzado que, o bien se encuentran en situación de paro y aprovechan para formarse, o bien son trabajadores en activo que quieren adquirir nuevos conocimientos.

El curso empezó el pasado lunes, en una nave contigua a las dependencias de PIME, en el polígono de Ciutadella, y se desarrollará hasta el 19 de junio, en un total de 116 horas de formación, a razón de tres días a la semana, en horario de tarde-noche, para que los alumnos que trabajan puedan compatibilizar la asistencia a clase con su jornada laboral. La iniciativa surge de la Associació de Fabricants de Calçat de Menorca y PIME, con el objetivo de formar a nuevos patronistas, atender la demanda de esta función en las empresas y dar paso al relevo generacional de los patronistas que vayan jubilándose.


De la mano de un experto

Joan Vilafranca Quintana (Ciutadella, 1963) es el profesor, que impartirá clases teóricas y prácticas. Se trata de un modelista y patronista con toda una vida de experiencia en esta profesión. Una figura imprescindible para las fábricas de calzado.

El secreto de los patronistas, según explica, es tener experiencia y constancia. «Yo aún aprendo día a día», dice. La labor del patronista es sacar la forma del zapato a partir del diseño hecho por el diseñador. «Se trata de un trabajo por el que siempre hay demanda en las fábricas y exige una formación previa», indica.

Es el segundo año que se organiza este curso con excelente acogida por parte de los alumnos y las empresas de calzado que colaboran. El objetivo es forma a personal preparado para ejercer el trabajo de patronista y atender la demanda del sector.

El curso se consolida este segundo año con nuevos alumnos y con personas inscritas que se quedaron en lista de espera el año pasado. Puede que esta iniciativa de los fabricantes, presididos por Juan Carlos Fernández de Salort, sea el primer paso para la creación de una escuela del calzado, que permita ofrecer formación especializada desde la Isla para satisfacer la necesidad de personal cualificado en un sector que aguanta el embate de la crisis.