Tras manifestarse a las puertas de la oficina en el polígono de Maó, ayer aún seguían atentos a la negociación con la dirección de la compañía que se desarrolla en Madrid.

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Los seis trabajadores de Coca-Cola en Menorca y otra decena de sindicalistas se manifestaron en la mañana de este martes a las puertas de la oficina de la multinacional en el polígono de Maó para protestar contra los planes de reestructuración de la empresa, que pretende desmantelar su delegación en la Isla, despedir a 1.250 empleados y cerrar sus plantas de Fuenlabrada, Palma, Oviedo y Alicante. Una iniciativa con la que quiere implantar un nuevo modelo de distribución, que le permitirá ahorrar 27 millones de euros e invertir otros 15 en la cadena de suministro.

La portavoz de UGT entre el personal de Coca-Cola, Trinidad Sancho, leyó un manifiesto para requerir el apoyo de la sociedad menorquina y pedir a la compañía que retire el Expediente de Regulación de Empleo que amenaza a las seis familias y a otras 25 empresas de la Isla, en especial del transporte. Los afectados llevan una media de 15 años trabajando para la multinacional y, en la mayoría de los casos, «su sueldo es el único que entra en casa. Estamos desamparados».

El Govern balear reafirmó en el Parlament su rechazo al cierre de la planta embotelladora de Coca-Cola en Palma y garantizó que está al lado de los trabajadores.