Quesería Menorquina cuenta con una de las plantas de producción de queso fundido más competitivas de Europa.

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Quesería Menorquina ha conseguido levantar el concurso de acreedores que pesaba sobre la empresa desde el mes de abril de 2011. La jueza titular del Juzgado Mercantil número 2 de Palma comunicó este jueves el auto que aprueba la propuesta de convenio, presentada por la empresa, lo que permite que cese la intervención de un administrador judicial, que hasta ahora ha tenido que validar todas las actuaciones. El convenio establece una reducción de la deuda, que no ha sido concretada, y un plazo de diez años para que se puedan abonar los créditos.

Los responsables de la empresa han celebrado la resolución judicial y consideran que ha sido posible por la colaboración del administrador judicial y de los mismos acreedores que han facilitado el acuerdo para el convenio, además del apoyo de los clientes. La empresa también agradece la ayuda del Consell y del Govern «en esta tarea de perseguir la continuidad» de la industria.

El plan de viabilidad
El concurso de acreedores se ha levantado porque la jueza ha comprobado que el plan de viabilidad presentado por Quesería Menorquina es viable y ha de permitir atender el compromiso de abono de la deuda restante. El informe del administrador judicial ha sido favorable al convenio, que establece las condiciones de pago de una deuda que heredó Quesería Menorquina tras la pésima gestión de Ruiz Mateos. El empresario de Nueva Rumasa dejó la fábrica «en una situación agónica», por eso Jesús Esparza, director general de la compañía, califica de «hito importante» haber superado la situación concursal.

De todas formas, la empresa advierte que «no conviene aún cantar victoria» y anuncia que «el camino que nos queda no va a ser un camino de rosas». Los objetivos están claros: «trabajar duro» y «ser extremadamente rigurosos a la hora de responder a las obligaciones derivadas del auto», es decir cumplir con el pago de lo que queda de deuda, una cantidad que no se ha facilitado.

El levantamiento del concurso coincide con una mejora considerable de la actividad productiva y llega después de una reducción de personal, que fue necesaria para cumplir con el plan de viabilidad y demostrar que la fábrica podía responder a un convenio con los acreedores.

La deuda restante representa una cantidad considerable, una losa que hace casi tres años parecía imposible de levantar. Por eso ahora se valora el esfuerzo realizado por la nueva Quesería Menorquina.