Vicenç Tur y Damià Borràs consideran que el ayuntamiento de Maó «ha traspasado una línea roja». | Javier

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El PSOE de Maó está dispuesto a llevar «hasta las últimas consecuencias» su rechazo a la decisión del gobierno del PP de colocar una escultura en recuerdo de las víctimas del «Atlante» en el puerto de la ciudad.

Los socialistas han registrado este miércoles las firmas suficientes para que se celebre un pleno extraordinario en el que defenderán una moción que exige la inmediata retirada del proyecto y una disculpa pública de la alcaldesa, Águeda Reynés. Presentarán iniciativas similares en el Consell, el Parlament y el Congreso. Si la vía política no surte efecto, el portavoz del PSOE en Maó y líder de los socialistas menorquines, Vicenç Tur, explicó que optarán por recurrir a «acciones legales».

La formación socialista defiende que la colocación de una escultura que es un «símbolo de una de las dos facciones», la del buque prisión «Atlante», en el que murieron 75 presos a manos del bando republicano, «contradice la Ley de Memoria Histórica, que especifica que no están permitidos simbolismos alegóricos de una de las partes». Atendiendo al articulado de la ley, entienden que «ningún juez lo puede aceptar».

No obstante, aseguraron que tienen la intención y la «esperanza» de que la escultura, que está previsto que sea colocada a finales de mes, no se acabe levantando: «Esperemos que se den cuenta de su error y den marcha atrás».

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El equipo de gobierno del ayuntamiento de Maó tiene 15 días para convocar un pleno extraordinario que los socialistas explicaron que tienen la intención de que no se llegue a celebrar. Entendieron que los responsables municipales «no han sabido calibrar las consecuencias de reabrir heridas» y entendieron que «la única salida que tienen es pedir disculpas por el dolor causado injustamente».

El secretario general de la agrupación local del PSOE Maó, el diputado autonómico Damià Borràs, se mostró contundente en su retórica contra una decisión que entendió fruto del «oportunismo político». En ese sentido entendió que el caso ha mostrado que los gobernantes de Maó «son indignos de su responsabilidad». Los socialistas denuncian que el monumento es un «símbolo de la confrontación» y criticaron que se intente vender como una iniciativa cultural u ornamental.

Por otra parte, desde el PSOE entienden que el solo anuncio de la escultura ha supuesto «echar leña seca a una hoguera que puede provocar un incendio» y vaticinaron que, de llegar a levantarse, la escultura «no tendrá ninguna tranquilidad, ni paz».

Tur consideró que el equipo de gobierno del PP en Maó «ha traspasado una línea roja impensable» y calificó de «enfermiza e irresponsable» la decisión tomada. En ese sentido, aseguró que si Maó da marcha atrás, no harán batalla política de un hecho que consideran muy delicado y que esperan que quede olvidado sin necesidad de llevarlo a un debate plenario.