La tradición de ir a buscar setas, o en esta época espárragos, es una costumbre muy extendida en Menorca, aunque en los últimos años el número de personas que la practican se ha incrementado de manera notable. | Archivo

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Cuatro años atrás, un grupo de propietarios de fincas agrícolas ya lanzaban el aviso: el incremento del número de personas que entraban en sus explotaciones en búsqueda principalmente de setas o espárragos provocaba inseguridad en sus llocs. Barreras abiertas que provocaban fuga de ganado, enderrossalls y conflictos con los cazadores exigían, según ellos, una actuación.

Ahora, tanto la Asociación de Empresarios Agrarios de Menorca (AGRAME) como Federación Agrícola-Ganadera de Menorca (FAGME) aplauden la decisión del Govern balear de instaurar vedados para regular y controlar el acceso de los cercadors a las fincas privadas.

AGRAME
El presidente de AGRAME, Guillermo de Olives, apunta que «en el campo hay mucha gente que se comporta como es debido, pero algunos no lo hacen, y esto debe controlarse, porque generan problemas en los llocs que, al fin y al cabo, son una propiedad privada». De Olives añade que «comprendo que haya gente a quien no gustará esta medida, pero se necesita un control, y es lo que se busca con esta opción».

FAGME
En una línea muy similar se expresa el presidente de FAGME, quien explica que «las fincas se han masificado, y hay algunos cercadors que ni siquiera piden permiso a los payeses. Después se generan problemas como enderrossalls o barreras abiertas con posteriores fugas de ganado que acabamos asumiendo solamente nosotros». Bosch recuerda que en algunas explotaciones de Menorca ya se había puesto en marcha un sistema similar al que pretende implantar el Govern balear, del que destaca que «además nos permitirá obtener un rendimiento extra de nuestras fincas».

Unió de Pagesos

El secretario general de Unió de Pagesos, Manel Martí, admite que «existen quejas, pero lo que propone la nueva ley es muy complicado». Así, Martí entiende que «la medida genera inconvenientes, como la vigilancia. Quien instaure un vedado en su finca deberá tener a alguien que controle los accesos, algo que supondría un coste elevado de manera que al final costaría más el collar que el perro». El dirigente sindical apuesta por «ir mentalizando a la gente para que asuma que en el campo deben actuar con respeto».

EL GOB
Por su parte, desde el GOB se rechaza la propuesta del Govern balear para regular los aprovechamientos de los recursos forestales. Así, Cristòfol Mascaró defiende que «es bueno que la gente se acerque al campo de forma educada, y esta Ley lo que conseguirá es que se alejen de los bosques, por lo que entiendo que no es una propuesta adecuada».

Así, el ecologista remarca que «quizás es necesaria una regulación de la presencia de cercadors en las fincas privadas, sobre todo en determinadas épocas y zonas de la Isla, pero no tengo nada claro que la manera de regularlo sea la que propone el Ejecutivo autonómico».