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D urante once años no hubo verbena de Maó a Ciutadella en la que no sonara su música. Con el grupo «Siboney» su voz llenó las fiestas de los pueblos de Menorca y amenizó las noches de verano de oriundos y turistas.
Juan Carlos López Alzina, el cantante de aquella banda tan popular en la Isla, reside desde hace un año en Austria, donde se ha embarcado en una nueva aventura en el mundo de la música, su verdadera vocación desde que era un niño y dejó los estudios para ponerse, micrófono en mano, delante del público.

¿Qué le llevó a cambiar de residencia y fijarla en Austria?
– La idea surgió estando en otra isla, Lanzarote, donde pasé los tres últimos años antes de llegar a Austria, donde resido hace ahora ya un año. Tomando un café con unos amigos músicos, eslovacos, me comentaron que años atrás habían estado actuando en Austria con una banda, que era un país en el que se apreciaba muchísimo la música y que, además, se ganaba bien. Casualmente mi pareja es austriaca y yo ya había estado aquí de vacaciones; la verdad, es un país que te enamora.

¿Las condiciones laborales son mejor que las de Menorca?
– Pues la verdad es que ya estaba cansado de cantar en hoteles, donde cada temporada tienes que discutir por los precios y el tiempo de tu actuación..., y a la vez, tal y como estaba pintando la situación en España decidí emprender una nueva etapa musical.

¿Y cómo está resultando?
– Trabajo solo, con backing track, con banda y con Big Band, con el nombre de «Artett». Aquí he hecho varios tipos de actuaciones, mi propia producción, con mi espectáculo -el mismo que estaba haciendo en Lanzarote-, en el que imito a Luciano Pavarotti, George Michael, Robbie Williams y Freddie Mercury, y que se llama «Starman Show».
Luego un espectáculo sobre los Rat Pack (el grupo de actores y músicos que se formó en torno a Frank Sinatra), con banda en vivo y también con una Big Band de veinticinco músicos.

Así que no para... ¿dónde suele actuar?
– He estado en locales en Viena, donde hay gente española, latina y de todo el mundo. Y al poco tiempo de llegar a Austria participé en un casting musical del tipo «Tú si que vales» en el que fui finalista. Ahora mismo tengo un par de proyectos interesantes, porque un productor de cine está interesado en que ponga la voz a un tema de una película, junto a un famoso rapero, y también está la posibilidad de componer y cantar una canción en una serie televisiva.

Es muy diferente al tipo de trabajo que realizaba en Menorca ¿qué llevó a la disolución del grupo Siboney?
– Se separó porque hubo unos malentendidos, pero la verdad es que me encantaría que un día nos volviéramos a juntar para hacer una actuación en Menorca, recordando viejos tiempos. Fueron once años juntos, muchísimas verbenas e incluso actuaciones en institutos; también fuimos a fiestas patronales no solo en Menorca sino también en Catalunya.

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Pero su proceso de integración en Austria no ha podido ir mejor...
– Pues sí, ha sido muy bueno, no me ha costado nada, y eso que aún no domino del todo el alemán (ríe), estoy demasiado tiempo preparando proyectos musicales. También tengo que decir que ya llevaba muchos años en los que solía residir los inviernos fuera de Menorca, y también los tres años anteriores a llegar a Austria. Y la verdad, tengo suerte de estar aquí.

¿Por qué lo dice?
– Porque el pasado octubre me operaron, a causa de una infección grave causada por una bacteria, y creía que lo de cantar se había acabado, pero gracias a Dios todo salió muy bien. El médico me dijo que si llegaba un par de días más tarde no lo cuento, y siempre digo que tuve la suerte de estar en Austria porque aquí, con la tarjeta de la Seguridad Social, puedes ir directamente al especialista y te hacen las pruebas que hacen falta; no tienes que ir primero al médico de cabecera y esperar no sé cuántos meses. La última vez en España tuve que esperar nueve meses, por unos síntomas muy parecidos a los que tuve, y me recetaron Ibuprofeno. O sea, que me pasa esto allí, y seguramente no lo contaría.

Veo que no siente mucha añoranza...
– Sí, claro..,lo que más añoro de Menorca pues, cómo no, es mi gente, mi familia, y por supuesto la sobrasada, el queso..etcétera (ríe), por cierto, que hace un par de meses me trajeron dos quesos de la Isla que compraron en Palma.

¿Cómo ve usted a los austriacos?
– En general son 'buena gente', aunque han llegado a tener prejuicios contra los inmigrantes, aunque no con los españoles. Al contrario, parece que les caemos bien, de hecho cuando vine de vacaciones hace seis años ya me dije a mí mismo que no me importaría vivir aquí, por cómo era el país y también por el buen trato recibido. Hay muchos españoles que viven aquí, ¡y los que siguen llegando casi a diario!

Será por estos años de crisis...
– Sí, leo cada día sobre los problemas españoles en las redes sociales, da pena. En Austria gobierna un partido socialdemócrata y, la verdad, se vive bastante mejor que en España. Si hay crisis, no se nota, aunque los austriacos se quejan y dicen que empieza a haber corrupción, pero no pasa como en España, si se dan casos pues hay dimisiones.

(Los socialdemócratas del SPÖ son la primera fuerza política y en 2013 reeditaron su coalición de gobierno con el partido conservador ÖVP. Austria es uno de los países europeos con menor tasa de paro, un 5,8 por ciento).

¿El coste de la vida es más elevado?
– Solo un poco más, pero a la hora de salir a tomar algo, en los restaurantes y los supermercados no hay mucha diferencia; la bebida es lo más caro. Por ejemplo aquí toda la gente tiene una cafetera en casa, pero de las buenas, como en los bares, porque aquí el café es muy bueno pero si lo tomas fuera no es nada barato.
Por lo demás, la vida es como allí, ahora hace ya buen tiempo, las terrazas están abiertas porque hace sol; no es muy normal, hace un año en estas fechas estaba cayendo una nevada...

Después de tantos años sobre el escenario ¿cuál es el proyecto que más ilusión le haría llevar a cabo?
– Mi gran sueño es poder dar un concierto de esos muy grandes, vamos, con miles de personas...y justo la semana pasada me llamaron y hay posibilidades de que este verano o el que viene pueda actuar en el Donauinselfest (el festival de música al aire libre más popular de Viena). Por ahí pasan más de dos millones de personas en tres días, así que en tu actuación puedes llegar a tener de cien a doscientas mil personas. ¡Eso es una adrenalina impresionante!