Los fangos se han depositado en la zona del Cos Nou, en el puerto, a la espera de que se sequen y puedan ser llevados a Es Milà. | Javier Coll

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Los primeros metros cúbicos de fangos contaminantes procedentes del dragado del puerto de Maó ya se encuentran sobre el muelle del Cós Nou, preparados para ser trasladados al vertedero de Milà, según han informado este lunes fuentes del GOB.

La agrupación ecologista sigue de forma permanente la operación con cámaras y sistemas informáticos que registran la actividad diaria de las labores. En esta línea, han agradecido la «transparencia y colaboración» por parte de la Autoridad Portuaria de Baleares (APB).

El GOB ha recordado que el dragado del puerto de Maó ha sido motivo de polémica en los últimos años. «Repetidas denuncias, la movilización popular, la intervención de la Fiscalía de Medio Ambiente y la renovación de la cúpula de la APB permitieron finalmente un acuerdo entre este organismo y el GOB con el fin de extraer a tierra los fangos especialmente contaminados», han subrayado.

De este modo, se extraerán a tierra 29.000 metros cúbicos. En esta línea, se ha habilitado una zona del Cós Nou donde los fangos pueden secarse sin perder el control de los limos antes de ser trasladados al vertedero.

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Por su parte, el fango que se tira al mar cumple las normativas internacionales más restrictivas, según han manifestado desde el GOB. La organización ecologista ha añadido que el vertido al mar se ha hecho después de que el Instituto Oceanográfico Español estudiase toda la zona marina entre la Mola y la Illa del Aire.

Los fangos se verterán a más de una milla de la costa en una área señalizada por una boya permanente dotada de un aparato que mide las corrientes submarinas y envía una señal para paralizar el dragado si existe riesgo de desplazamiento de los materiales hacia otras zonas.

El GOB ha matizado que unos 8.000 metros cúbicos de los fangos que se extraerán a tierra no eran necesarios para ganar calado pero, teniendo en cuenta que presentan importantes concentraciones de mercurio, se aprovecha la presencia de las máquinas para descontaminar la rada.

«Quizá después de este episodio, el puerto de Maó podrá recuperar una parte del vigor natural que perdió debido a los vertidos industriales de los años 60», han concluido.