Raquel Monreal visiblemente emocionada celebra la paralización de la ejecución hipotecaria | Gemma Andreu

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Cerca de las doce del mediodía de ayer Raquel Monreal, afectada por una inminente ejecución hipotecaria que la iba a dejar a ella y a su familia sin techo, pudo respirar más tranquila. Llegaba a la sucursal del Banco Popular en Alaior, vía telemática, el comunicado de la paralización del procedimiento en los juzgados de Maó.

El documento oficial ponía fin a dos horas de movilización de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH) de Menorca y a años de conversaciones e intentos por parte de los hipotecados de renegociar su situación con la entidad, esfuerzos que habían caído en saco roto.

Al final, el departamento jurídico del banco se rindió ante la evidencia de que la protesta se había instalado en el interior de la oficina y de que los integrantes de la PAH no se iban a mover de allí sin obtener una respuesta.

«No somos cifras»
Unas 50 personas se unieron en el acto de protesta coreando gritos de «Ni gente sin casa, ni casas sin gente», «Sí, se puede», «La banca siempre gana y no nos da la gana», «No somos cifras somos personas», y el eslogan popular que más se oye en España en cualquier manifestación de los últimos años «No hay pan para tanto chorizo». Además, Raquel y otras personas en su misma situación -el día 29 hay señalada otra orden de ejecución hipotecaria y hay más afectados con créditos del Banco Popular-, se arroparon unas a otras.

Con lágrimas en los ojos y sin poder evitar perder los nervios en algún momento de la mañana, Raquel Monreal declaró que se unirá en la defensa de todos los que, como ella y su familia, se ven a las puertas del desahucio. «He venido muchas veces sola, tengo veinte cartas sin contestar, y quiero dar las gracias a toda la gente que está hoy aquí», dijo a los presentes dentro de la sucursal.