Es Cós de Gràcia ha cambiado radicalmente de imagen | Gemma Andreu

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Con una profunda satisfacción por el resultado obtenido y tres semanas de retraso sobre el plazo máximo establecido, ayer el equipo de gobierno del Ayuntamiento de Maó dio por oficialmente finalizadas las obras de reforma del Cós de Gràcia de Maó, que poco antes de las 14 horas quedó abierto al tráfico casi nueves después. Es decir, todo un parto.

La importancia conferida al momento se evidenció con la presencia en el acto inaugural de la calle de hasta ocho de los trece concejales del PP, una edil del PSOE, una representante de la asociación de vecinos del centro y varios trabajadores de la empresa concesionaria, Antonio Gomila SA. Además hubo los vítores al primer coche que pudo circular por el nuevo Cós de Gràcia en toda su longitud. Tantas eran las ansias por abrir la calle que la ceremonia de retirada de las barreras metálicas se llevó a cabo mientras todavía había obreros activos en las calles adyacentes dando curso a los últimos detalles.

Las dos fases de la reforma han conllevado una inversión de 887.000 euros, de los cuales 672.000 euros proceden de recursos municipales y 215.000 euros del Consell, a través del Plan Insular de Cooperación de 2013. El teniente de Alcaldía de Servicios Generales, Mateu Aínsa, destacó ayer la gran mejora «en lo que no se ve, en la renovación de los servicios». Y es que las canalizaciones de agua potable y el saneamiento del Cós de Gràcia estaban en muy mal estado.

Esta importante calle del centro de Maó experimenta tras la reforma un radical cambio estético, con aceras más anchas y al mismo nivel que la calzada (de aglomerado asfáltico), lo que conlleva la desaparición de las plazas de aparcamiento. La vía queda definida como Zona 30, por lo que se establece una moderada velocidad máxima para los vehículos. En cuanto al mobiliario urbano, se han instalado 18 nuevos puntos de luz, siete papeleras y 24 árboles, entre otros elementos.