José Luis Gallego atiende una movilización sindical a las puertas del hospital Mateu Orfila, en 2012.

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La Sindicatura de Cuentas de Balears no ha podido auditar de forma «correcta» la gestión en 2012 del Área de Salud de Menorca porque el anterior gerente, José Luis Gallego (Madrid, 1956), gastó sin control alguno e incumpliendo «de forma reiterada y sistemática» las más elementales normas de contratación pública: el 89% de los encargos se adjudicaron a dedo.

La Sindicatura lamenta que  desde el Hospital Mateu Orfila «no se tramitaran los preceptivos expedientes de contratación ni para la adquisición de medicamentos ni para la concertación de la actividad asistencial con medios ajenos». Se gastó «sin realizar ninguna imputación presupuestaria en caso de falta de crédito» y se careció del más mínimo «control interno» de las cuentas. Ni las facturas se ajustaban a lo requerido ni se acreditaba su conformidad.

El detallado informe de los síndicos reprende «los reiterados cambios en el modelo organizativo» dictados por Gallego, ya que «afectaron negativamente a la acción gestora del ente, en especial a los procesos de centralización de compras y homogeneización del catálogo para alcanzar una racionalización y reducción de costes».

Por eso, el resultado fue justo el inverso. Ese año, el de los recortes «más salvajes» -en opinión de todos los sindicatos médicos y de enfermería- el IB-Salut gastó en Menorca 71,9 millones, ocho más de lo presupuestado, y abonó más de las preceptivas 96 horas de guardia anuales a 84 de sus trabajadores para así suplir la falta de personal.

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