Pese a los esfuerzos de la brigada, las pintadas se reproducen. | Gemma Andreu

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Tras una inversión de más de 700.000 euros a cargo del uno por ciento cultural del entonces Ministerio de Vivienda y unas intermitentes obras que se prolongaron durante ocho años, el 31 de marzo de 2009 las autoridades inauguraban el recuperado S'Hort des Frares, un «embellecido y emblemático» paseo vertical que daba otra alternativa de conexión con los muelles en un entorno privilegiado, el también remozado conjunto arquitectónico de la iglesia de Sant Francesc, y con unas fantásticas vistas al puerto de Maó.

Han pasado cinco años y medio  y el aspecto general de este histórico enclave se acerca mucho al abandono. Pese al esfuerzo de las brigadas municipales, las pintadas en las paredes y muros de la zona se reproducen, las malas hierbas crecen por doquier, el mobiliario urbano ha sido gravemente dañado por los incívicos y la meteorología, y la iluminación es escasa, convirtiéndolo en un entorno lúgubre y desangelado que, ya sea por causa o efecto, no ha logrado convertirse en un paseo ampliamente utilizado por los ciudadanos.  

«Incivismo y botellón»
El teniente de alcaldía de Servicios Técnicos, Mateu Aínsa, reconocía ayer que es un entorno que «está descuidado» y que «no es precisamente uno de los espacios más cuidados de Maó». Asegura que el desbroce de las malas hierbas se realiza «cada dos o tres meses» y sostiene que el gran problema de la zona se debe al «incivismo y al botellón». No obstante, hace ejercicio de autocrítica al explicar que «hace dos años pensamos que había que hacer algo, pero no se hizo».

Apunta a algunos problemas técnicos: «Los camiones municipales no llegan a las farolas y tendríamos que alquilarlo». Mejorar la iluminación se observa como una medida disuasoria. Finalmente reconoce que una de las grandes razones por las que no se haya actuado es porque «no hemos recibido ninguna queja».