Isaac Valle no dudó en salir a por el asaltante que le había empujado a él y a su esposa | Josep Bagur Gomila

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Como cada mañana, salió de casa a pasear junto a su esposa, pero el jueves regresaron un poco antes de lo habitual. A tiempo para ver la puerta abierta, descubrir que alguien había forzado el pestillo y pillarlo in fraganti mientras intentaba robarles. «Lo encontramos registrando la cuna y la cama, buscando la bisutería de mi mujer», relata Isaac Valle, un joven madrileño de 33 años residente en Ciutadella que anteayer se encargó personalmente de perseguir y retener al asaltante, y llamar a la Policía hasta su detención.

Ha practicado boxeo y otras disciplinas, pero todavía se pregunta cómo pudo reaccionar con tanto valor, «pues en un momento de descuido, si llevara armas, podía pincharme». Nunca se había enfrentado a una situación semejante, pero sí parecida. En Madrid, él y una amiga fueron asaltados por ocho maleantes, que le acabaron apalizando al intentar protegerla.

El ladrón, un joven ucraniano de 26 años de edad, «era más corpulento, llevaba una gorra azul y guantes de calcetines. Hasta se agachó al principio para que no le identificáramos», recuerda Vanessa, pareja del improvisado héroe.

Fue ella la primera en gritar al asaltante. «¿Qué haces ahí?». Entonces, el ladrón «se giró, nos empujó» y pegó un puñetazo en la oreja a Iván que, sin pensárselo, salió corriendo en su búsqueda.

Reventó el marco de la puerta que da a la calle Jerònia Alzina, pero poco pudo avanzar. Iván lo 'cazó' en la vecina calle de Domingo Savio, agarrándolo del bolso donde llevaba dos destornilladores y una llave inglesa.

Un vecino les vio y logró escapar, pero por poco tiempo. Junto al estanco de la esquina entre Sant Antoni Maria Claret y el Camí de Maó, Iván finalmente le retuvo. El ladrón dejó de oponer resistencia. Tanto que «hasta se fumó un cigarro», mientras el dueño de la casa llamaba a la Policía. El matrimonio ha formalizado una denuncia en la Comisaría de la Policía Nacional por robo y agresión.