El presidente del Consell, Santiago Tadeo, ha destacado en su discurso que "no debemos olvidar la historia de nuestro país, seguimos siendo una democracia joven" | Josep Bagur Gomila

TW
29

La reforma constitucional, la corrupción y el reto soberanista catalán fueron los temas estrella en los discursos del acto oficial con motivo del 36 aniversario de la Carta Magna celebrado ayer en la sede de la Dirección Insular de la Administración General del Estado.

El presidente del Consell, Santiago Tadeo, fue el primero en alertar sobre los peligros de abrir el melón de los cambios en la Constitución. «No debemos olvidar la historia de nuestro país y lo que nos ha costado llegar hasta donde estamos ahora», dijo, «porque seguimos siendo una democracia joven y en constante aprendizaje». Para el dirigente del PP «no se puede concebir un cambio en la Constitución sin mantener el mismo consenso» que se dio en 1978 y pese a que admitió que el texto «no es inamovible», advirtió que «no puede ser la excusa para dinamitar un país y a sus gentes».


Parte del Estado

Tadeo reivindicó que Menorca también fue «protagonista» en la construcción del actual modelo autonómico y añadió que frente a «los peligros que fomentan personas con responsabilidad en la administración» la sociedad insular «estará atenta a esos nuevos escenarios que nos plantean para dejar muy claro que aquí queremos seguir formando parte del Estado español».

También el director insular de la Administración General del Estado (AGE), Javier López-Cerón, aludió en su discurso a la unidad. «El Estado autonómico no significa que esté fragmentado en parcelas», dijo, «solo existe una nación cuyo poder soberano reside en todos los españoles», afirmó en alusión al pulso que mantiene el independentismo catalán con el Gobierno. «Aquellos que propagan ideas secesionistas deben saber que es una cuestión de todos los españoles y que no pueden truncar de manera unilateral el espíritu de la Constitución». Tanto el presidente del Consell como el director insular se refirieron también al problema de la corrupción.

Tadeo aseguró que es uno de los «principales males a combatir y erradicar» y subrayó que el Estado de derecho debe ser «implacable ante ella» y los cargos públicos tienen que «hacer todo lo posible para revertir la situación» actual. Por su parte, López-Cerón destacó que los corruptos, «gracias a la fortaleza de nuestro sistema» son «apartados y juzgados» y añadió que «no debemos permitir que unos pocos eclipsen la labor de tantos hombres y mujeres que cada día se dan trabajando por el bien de la sociedad»