El edificio que alberga el nuevo horno, en el recinto del cementerio municipal | Gemma Andreu

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El horno crematorio del cementerio municipal de Maó entró en servicio este jueves, realizándose por la tarde la primera incineración de un cadáver.

El proyecto de este equipamiento fue redactado por técnicos municipales (Juan Manuel Delgado, ingeniero; Juan Giménez, arquitecto técnico; y Raül Bassa, ingeniero técnico industrial) y aprobado por unanimidad por la Corporación municipal en el pleno del 26 de febrero del año pasado. Las obras fueron adjudicadas a Antonio y Diego y, al igual que la maquinaria y equipamiento técnico, han sido financiadas por la concesionaria. El Consitorio apunta, que de toda la maquinaria consultada, tipos de hornos, sistemas y tecnología, "se ha optado por el sistema más avanzado y más restrictivo en el cumplimiento de los parámetros establecidos en la normativa mediambiental". El Ayuntamiento recuerda, en una nota de prensa, "que hace varios años que se había considerado esta iniciativa e incluso se había presentado algún proyecto pero nunca hasta ahora se había dado respuesta a un uso demandado por la sociedad actual". Según la funeraria, las peticiones actuales se calculan en dos incineraciones a la semana, que hasta ahora habían de realizarse en Ciutadella. Además se asegura que el proyecto técnico cuenta con todas las garantías sanitarias exigidas. De esta manera, "tanto el combustible (gas propano canalizado desde los depósitos próximos de la vía de ronda) como el sistema de filtros garantiza la emisión de humos sin partículas, sin olor y sin impacto visual". Respecto al emplazamiento, se ha considerado adecuado "por hallarse en el recinto del cementerio y anexo al tanatorio, circunstancia que acota la gestión de eliminación de cadáveres en el mismo espacio".

Desde el Ayuntamiento se informa de que durante los días anteriores se habían realizado pruebas con restos no orgánicos para asegurar el correcto funcionamiento y el control de las emisiones, "que dieron un resultado satisfactorio y que se hallan dentro de los parámetros exigidos por la Conselleria de Medio Ambiente".

Igualmente se indica que la concesionaria del servicio, la funeraria Gomila, ha contratado además una Oficina de Control Ambiental (OCA), Eurocontrol S.A., con sede en Palma, "para realizar el seguimiento y mantener un control estricto del funcionamiento".