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Todavía retumba la noticia del reciente fallecimiento del excelente menorquinista D. Álvaro Juan Coll (al que juntos fuimos a despedir) cuando recibo el azote de la muerte súbita del entrañable compañero Paco «Sigala», como vulgarmente le conocíamos.

El utillero, encargado de material y masajista del C.D. Menorca, nos ha dejado. Perplejo por la noticia y con el dolor que me embarga, me veo en el deber de dedicarle estas líneas.

Comenzó su andadura en el Estado Mahonés a la temprana edad de 20 años, fue en la temporada 1955-56 cuando se le contrató para desempeñar el cargo de encargado del campo y ayudante del entonces masajista D. Genaro Anglada. Dos años después ya asumió su cargo al que tuvo que dejar en 1.968 por razones de trabajo, finalizando su primera etapa.

Enamorado férreamente del deporte, durante unos años desempeñó con acierto el arbitraje del baloncesto, sin olvidar a su amado Club. Recobró su antigua afición de masajista en la temporada 1986-1897 permaneciendo fiel hasta su muerte.

Ademá de su trabajo era fiel colaborador y un archivo viviente, recordaba perfectamente a todos los jugadores que pasaron por sus manos y a él recurríamos para formularle cualquier consulta.

Durante mi época de Presidente, tuve la suerte de contar con sus servicios, demostrándome su gran amor por el Club. En el 2004, con motivo de la implantación del cesped artificial en el Estadio, se le rindió un merecido homenaje y de una de sus entrevistas recordamos algunas de sus respuestas:

1º Antes teníamos 4 balones y ahora tenemos 150. 2º En los años 60 teníamos el mejor equipo de Menorca. 3º En 1964 nos robaron en ascenso a Segunda en La Condomina (Murcia). 4º La idea de la fusión mató al fútbol menorquín y a la rivalidad Unión-Menorca. 5º Siempre me ha gustado atender a los jugadores, aunque a veces tienes que multiplicarte y morir de paciencia.

Durante su permanencia en la Compañía «Aviaco», también desempeñó el cargo de masajista en el equipo de fútbol de la empresa, visitando diversas ciudades españolas y extranjeras.

En el año 2012, en su intento de retirada oficial, también se le tributó un homenaje en agradecimiento de su larga labor dedicada al C.D. Menorca, recibiendo una placa conmemorativa.

Sus innumerables amistades, le recordarán siempre por su carácter sencillo, amable y servicial; y el C.D. Menorca siempre lo tendrá en su recuerdo.

A su esposa Mariluz, hermanos Tiago, Juanita y Pepita, cuñados, sobrinos, primos y demás familia les expresamos nuestra sincera condolencia.