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Los huesos del esqueleto humano hallado la pasada semana en el Macar de sa Teula, la pequeña cala próxima a la playa de El Pilar, corresponden a un hombre según los primeros estudios efectuados por el Instituto de Medicina Legal, en Ciutadella.

El primer examen del esqueleto sugiere, asimismo, que no se trataría de una persona contemporánea aunque la época en la que se situaría todavía no ha sido determinada, a falta del informe del Instituto Nacional de Toxicología y Ciencias Forenses y la autopsia que se le debía practicar ayer por la tarde.

Los huesos no revelan señales de violencia por lo que el fallecimiento se habría producido por causas naturales. La hipótesis con la que trabaja el médico forense es que se podría tratar de un navegante fallecido durante una travesía en altamar, y que la tripulación, al avistar tierra, decidió trasladarlo a la costa para enterrarlo en las proximidades de la cala donde se hallaron sus restos.

La forma de la pelvis determina que los huesos corresponden a los de un varón mientras que el estado de la dentadura indica que no pertenecería a una década próxima. El forense, Alejandro Campos, ha explicado que si fuera contemporáneo, con toda probabilidad, incluiría alguna señal de un empaste o cualquier otro tratamiento más moderno.

No ha podido determinarse su estatura porque el esqueleto carece del fémur de las dos piernas y también de los huesos de los pies que habrían sido arrastrados con alguna corriente hacia el mar en función de la zona donde se hallaron los restos.

Una persona que paseaba por la cala el martes de la pasada semana fue la que localizó los huesos, de los que ya tenía conocimiento el departamento de Patrimonio del Consell insular desde hacía diez años, a la que advirtió del hallazgo. Este lo puso en conocimiento del Seprona que supervisó el pasado jueves el trabajo del equipo de arqueólogos del Museo del Bastió de sa Font, encargado de desenterrar el esqueleto.