Una aventura de dos. Pons se ha embarcado en su nueva aventura británica con su pareja, Gustavo. | M. P.

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En los últimos tiempos se está dibujando el perfil de un nuevo tipo de menorquín por el mundo. Generalmente, personas jóvenes y preparadas que acaban casi siempre apostando por iniciar una nueva vida en una ciudad inglesa, y muchas veces en compañía de una pareja. Ese es el caso de Mar Pons Bosch (Ciutadella, 1985), quien actualmente vive la segunda etapa de su aventura británica, eso sí, siempre con la vista puesta en Menorca y las ofertas de trabajo interesantes por si las condiciones son buenas para regresar.

¿Por qué decidió abandonar Menorca y probar suerte en Inglaterra?
—Pues con el objetivo de mejorar mi nivel de inglés. Cuando acabé la carrera de Magisterio en 2011, que estudié en Palma, regresé a Menorca con la esperanza de encontrar un trabajo como maestra, pero no fue así. La situación era frustrante ya que acababa de salir de la carrera muy motivada y con ilusión y no había respuesta. Me di cuenta de que en Menorca no me podía quedar y decidí lanzarme a la aventura inglesa para seguir avanzando.

Tengo entendido que su aventura británica ha tenido dos etapas. ¿Cómo fue la primera experiencia?
—La primera experiencia en Inglaterra duró 7 meses y fue en Reading, una ciudad que se encuentra a unos 30 minutos de Londres en tren. Elegimos esta ciudad porque vimos que era una de las que tenía la tasa de paro más baja y el alquiler no era tan caro como en Londres. Para mí la experiencia fue difícil ya que no hablaba ni entendía muy bien el inglés, iba a las entrevistas de trabajo y me decían que tenía que mejorar mi nivel... así durante dos meses. Aprendí a tener mucha paciencia y seguí insistiendo hasta que alguien confió en mí. Esto es lo bueno de este país, siempre hay alguien que te da la oportunidad.

Tras un retorno a Menorca, decidió regresar de nuevo, pero cambiando de ciudad. ¿ Han ido mejor las cosas?
—Sí, nada que ver. Esta vez decidimos instalarnos en Brighton y la verdad es que la ciudad nos gusta mucho. Se encuentra al sur de Inglaterra, más o menos a una hora de Londres en tren. Es probablemente la ciudad más alternativa de Inglaterra, después de Londres evidentemente, por el tipo de gente que la habita y el tipo de negocios que hay. Nos atrajo el hecho de que esté al lado del mar, esto hace que sea una ciudad turística y se mueva mucho la gente. Además, al tener Universidad hace que haya un buen ambiente de gente joven. Esta vez ha sido todo mucho más fácil, relajado y agradable para mí.

Este mes se examina del First Certificate... Eso significa que ha progresado mucho con el idioma. ¿Fueron difíciles los comienzos?
—Mi progreso en el idioma ha sido impresionante, la verdad. Estoy muy contenta, ya que he pasado de casi no hablar ni entender a tener conversaciones fluidas y atender a los clientes con confianza y seguridad en mí misma. Si paso el examen del First (B2), ya tengo en mente ponerme con un poquito de francés y alemán. Al principio no es fácil, pero con paciencia se va aprendiendo el idioma y es muy gratificante.

¿Y encontrar trabajo?
—Encontrar trabajo en Brighton fue muy fácil, la primera semana tuve que elegir entre dos, así que me quedé donde estoy ahora ya que me ofrecían mejores condiciones. Mi sueño para el futuro es poder formar parte de un buen equipo de trabajo, que me aporte satisfacción personal y que me deje tiempo suficiente para disfrutar del día a día con mi gente, así como seguir aprendiendo y poder viajar.

¿A qué se dedica actualmente?
—Estoy trabajando de encargada en una tienda.

¿Tenía experiencia en ese sector?
—Sí, he tenido diferentes trabajos relacionados con la atención al cliente y cada vez me va gustando más.

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¿A qué se dedicaba en Menorca?
—En realidad en Menorca no estaba haciendo mucho. Me sentía algo perdida al haber acabado la carrera y ver que no me servía para nada en ese momento. Así que mi dedicación estaba en pensar qué podía hacer para salir de esa situación.

Su pareja le ha acompañado en esta aventura. ¿Cómo ha sido su adaptación?
—Tuve mucha suerte de que Gustavo quisiera tener una experiencia similar a la mía, ya que el año pasado en Reading fue mi gran apoyo porque él ya tenía un buen nivel de inglés. Está trabajando de camarero y también está muy contento con los avances hechos con el idioma.

¿Cómo es la vida en Brighton? ¿O un día en su vida diaria?
—Mi vida en Brighton es muy entretenida ya que trabajo por turnos y cada día tengo un horario diferente. Tengo dos días libres a la semana, los cuales utilizo para coger el tren o el bus e ir a visitar otras ciudades o bien para estudiar y quedar con los amigos. Durante estos últimos 7 meses también he hecho el curso de inglés para prepararme el examen. El hecho de compartir casa con gente de otras nacionalidades también aporta un toque de alegría y aprendizaje en el día a día. No hay tiempo para aburrirse, vamos.

¿Se han adaptado al estilo de vida?
—Creo que es fácil adaptarse al horario, ya que la vida empieza pronto por la mañana y se acaba pronto por la tarde. Entre semana cerramos la tienda a las 6 y eso significa que tienes aún media tarde para hacer tus cosas, es muy agradable que sea así. A lo que cuesta un poco más adaptarse es a la alimentación ya que la «comida basura» es mucho más económica que los alimentos saludables así, que la gente no tiende a cocinar en casa. Con eso uno se tiene que controlar, así que nos preparamos nuestra comida en casa y nos la llevamos al trabajo.

¿Es tan caro el transporte como dicen en Inglaterra?
—Sí, el transporte público es carísimo pero funciona muy bien tanto el autobús en Brighton como las líneas de tren o el metro de Londres están muy bien conectados. Nosotros utilizamos el autobús cada día y pagamos 18 libras (23 euros aproximadamente) a la semana.

¿Tienen planes de quedarse allí a largo plazo?
—La verdad es que prefiero no hacer planes. Estoy abierta a que pase lo que tenga que pasar ya sea aquí como en otro lugar. Me gustaría establecerme en algún sitio más cercano a mi familia y amigos, pero a la vez tengo el gusanillo de viajar más. ¡Es complicado!

¿Qué es lo que más echan de menos de Menorca?
—Lo que más echo de menos de Menorca es mi gente. La familia y los amigos son muy importantes para mí, aunque soy muy independiente me gusta pasar ratitos con ellos y disfrutar viendo cómo crecen los pequeños de la familia y de los amigos. Otra cosa que echo mucho de menos son las playas y la naturaleza, ya que me gusta ir de excursión y disfrutar de la belleza de Menorca.

¿Animaría a otra gente a que se embarcara en una aventura como la suya?
—Por supuesto que sí. Recomendaría a aquellas personas que se sienten perdidas o sin un trabajo en Menorca que salgan a buscar las oportunidades fuera para poder regresar y aportar a nuestra isla lo que le hace falta. Gente preparada para atender al turismo, que es de lo que vivimos. Les diría que tuvieran mucha paciencia con el idioma, que cualquier aprendizaje requiere de tiempo y que merece mucho la pena. Te sientes realizado como persona y te das cuenta de que estás aprovechando el tiempo.

¿Planes de visita para el verano a la Isla?
—Volver a Menorca en verano tendría que ser con la condición de haber encontrado un trabajo para largo plazo o de recepcionista de hotel durante la temporada de verano. No puedo permitirme dejar el trabajo que tengo y empezar de nuevo como hice el año pasado. ¡Ya me gustaría!